Por Ana Leguísamo Rameau. Una rosa es una rosa es el título de una canción de Mecano, de su álbum Aidalai, cuyo título está basado en el aforismo de Gertrude Stein, y a su vez, esta escritora, es quien inventó su clásico adagio “Rosa es una rosa es una rosa es una rosa”. significado que se ha interpretado con frecuencia para darle el sentido “las cosas son lo que son”, una expresión del principio de identidad, “A es A”. En el pensamiento de Stein, la frase expresa que tan sólo empleando el nombre de una cosa ya se invoca el imaginario y las emociones asociadas con el objeto (Wikipedia)
No obstante, más allá de flores, rosas, ecología, frases, fragmentos y escritores, si de rosas se trata, nada mejor que tomar estas bellas inspiraciones coloridas plasmadas en fotos para rememorar lo que la naturaleza hoy nos provee. En este caso el vergel, donde se homenajean a tantos poetas con reseñas imperdibles, mientras los pétalos multicolores dan el marco particular al jardín.
En literatura, la rosa simboliza belleza, amor y pureza. Muchos poetas comparan la fragilidad y fugacidad de la vida con la rosa, hermosa pero efímera y desvaneciéndose con el tiempo.
En el vasto lienzo de la literatura, las flores han desempeñado un papel tan exquisito como etéreo, tejiendo un lenguaje floral que va más allá de lo meramente estético. Cada pétalo, con su gracia efímera, ha servido como símbolo, metáfora y testigo silencioso de las emociones humanas a lo largo del tiempo.
Por otro lado, en el lenguaje de las flores el clavel simboliza el descaro. Los claveles blancos simbolizan la amistad, el amarillo el desprecio, el rojo la pasión, el rosa el amor, entre otros. Estos son algunos de los significados de las flores que nos rodean.
Para finalizar, también existe “La Rosa Mutábile” , un poema visual, musical y coreográfico basado en la inspiración central de la obra “Doña Rosita la soltera o El lenguaje de las Flores” de Federico García Lorca.
Doña Rosita la Soltera
Poema central de la Rosa Mutable
Cuando se abre en la mañana.
roja como sangre está.
El rocío no la toca
porque se teme quemar.
Abierta en el mediodía
es dura como el coral.
El sol se asoma a los vidrios
para verla relumbrar.
Cuando en las ramas empiezan
los pájaros a cantar
y se desmaya la tarde
en las violetas del mar,
se pone blanca, con blanco
de una mejilla de sal.
Y cuando toca la noche
blando cuerno de metal
y las estrellas avanzan
mientras los aires se van,
en la raya de lo oscuro,
se comienza a deshojar.
(Doña Rosita la soltera o El lenguaje de las flores 1934)