Un trapito agresivo ubicado en El Salvador y Armenia, se mete atrevidamente entre los coches e insulta a los transeúntes.
Aunque muchos ciudadanos, por su falta de conocimiento, piensan que no mostrar la cara sólo es para proteger al detenido, el hecho es que esta práctica es de suma importancia para el proceso judicial que podría enfrentar el involucrado.
Cuando los cuerpos policiales realizan una intervención o allanamiento, los detenidos suelen ser sacados con sus rostros tapados o, en el caso de las imágenes, estos aparecen distorsionados. Algunas personas consideran que las caras deberían ser expuestos al público. Sin embargo, esta práctica conlleva objetivos específicos.