
La salsa blanca, ese exquisito aderezo que queda bien con todo y no nos cansa jamás. Por eso, la salsa blanca se usa para preparar muchos platos, como los canelones, tarta o empanadas de humita y lo que a uno de caiga en ganas. Cuesta un poquito hacerla para que quede perfecta y sin grumos pero, paso a paso, les daremos la receta para que quede súper rica.
La salsa blanca va muy bien con muchísimos platos. A unas verduras hervidas se les puede agregar una cobertura de salsa blanca. También funciona para hacer un gratinado bien dorado y vistoso. Además se luce con canelones, papas hervidas, espinacas salteadas o fideos.

Los amantes de la salsa blanca aseguran que es mucho más rica que la crema de leche pero solo si está bien hecha, pues los grumos suelen quedar como engrudo. Por eso hay que darle buen sabor para que quede con una textura suave al paladar.
De este modo, para que la salsa blanca salga perfecta hay que conocer algunas técnicas. Es fácil hacerla porque lleva muy pocos ingredientes pero tiene sus secretos. Hay varias versiones de la bechamel, el otro nombre con que se conoce esta salsa cremosa: con caldo o con leche, con manteca o con aceite. También se puede hacer una salsa blanca más liviana o más espesa, según el uso que se le dé: en sopas será más líquida y en verduras o pastas, más cremosa. Seguí las instrucciones para hacer una salsa blanca casera que no falla nunca.

Ingredientes
manteca
1 cda 1/2 harina
1/2 litro leche
Sal, pimienta y nuez moscada
Preparación
Paso 1. En una sartén de bordes altos, o en una ollita, derretir la manteca.
Paso 2. Agregar el harina y revolver con cucharada de madera. Cocinar unos minutos.
Paso 3. Verter la leche tibia mientras que se revuelve constantemente hasta lograr la densidad deseada. Condimentar con sal y nuez moscada.