Son muchas las personas que salen de casa con un simple café. Esta costumbre es algo negativa para nuestra salud ya que nos retiramos, por las mañanas, sin los nutrientes necesarios y descompensamos enormemente nuestra correcta nutrición.
Por ello, hemos de pensar que el desayuno es la comida más importante del día. Si no lo cumplimos y si, por ejemplo, llegamos al almuerzo con muchísima hambre, puede hacer que a largo plazo vayamos engordando.
Lo mejor, sin duda, es cumplir todas las comidas e ingerir cantidades ajustadas sin descuidar jamás la importancia del desayuno. Te presentamos cuáles son los beneficios del café a primeras horas del día.
Hay un viejo refrán castellano que la ciencia ha revalidado con numerosos estudios: “Desayuna como un rey, almuerza como un príncipe y cena como un mendigo”. Sin embargo, aunque todo el mundo lo sabe, al desayuno no se le suele dar la importancia que merece. En las sociedades occidentales las prisas nos hacen desayunar rápido y mal, de pie en la cocina, o directamente no desayunar.
Según El Guardián “No vale desayunar un café, ni desayunar una fruta, ni tampoco desayunar mucha fruta”, explica Juana María González, experta en nutrición y dietética. El componente fundamental de cualquier desayuno deben ser los hidratos de carbono. Combinándolos con otros elementos que permitan mantener la energía por más tiempo como proteínas, grasas y fibra conseguimos el desayuno más adecuado para nuestro cuerpo.
La primera comida del día debe contener, por tanto, tres componentes irrenunciables: hidratos de carbono (lo mejor: pan integral y cereales; la bollería está permitida una vez por semana…), una fruta entera o en zumo (natural, eso sí) y cualquier tipo de lácteo (leche, cuajada, yogur o preparados de soja, avena, quinoa… para los intolerantes a la lactosa).
Sin embargo, el aporte de calcio de la leche no se puede sustituir totalmente por estos preparados, por lo que una buena solución podría ser la leche sin lactosa. Las tostadas con mantequilla y mermelada son una buena opción, pues suma hidratos, calcio, vitamina y fibras, aunque la mermelada no sustituye a la necesaria pieza de fruta fresca.
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