Los vecinos del barrio de Palermo podràn pasar por la calle Costa Rica 4165 y confundirse al pensar que allì existe una biblioteca, pues es no. Allì no existe lugar tal sino que la casa ha sido pintada a travès de una adaptaciòn intelectual que muestra infinidades de libros tan bellos como el talento de quien los inspirò.
En su oportunidad abordamos las obras de Guillermo Tella (artista del graffiti urbano) quien expresa que, desde el tradicional “fileteo” de comienzos del siglo 20, con sus textos cortos que reivindicaban a la sabiduría popular; siguiendo con las primeras pintadas políticas de los años ´40 y ´50, realizadas con tizones grasos de alquitrán y kerosene; Buenos Aires se ha proclamado siempre en favor del uso de los graffitis en el espacio público. Luego le siguió el aerosol, que en los ´70 permitía hacer escritos clandestinos muy rápidos y efectivos, con consignas políticas contestatarias. Y, en los ´80, las “tribus” urbanas comenzaron a dejar constancia de su dominio territorial sobre determinadas zonas, utilizando diferentes técnicas, mensajes y formas de expresión.
En la última década se pone en práctica una ritualidad distintiva que delimita y protege el espacio de cotidianeidad de los jóvenes. Efectivamente, para Mónica Lacarrieu, Antropóloga y Doctora en Filosofía y Letras, el graffiti es una marca territorial que procura comunicar aspectos vinculados a cierta realidad social. Explica que la exhibición pública de esa estética es una forma de segregación a partir de la cual el graffitero intenta ser distinguido por su práctica y por su mensaje. A su vez, dispara ciertos mecanismos de control y de poder sobre un territorio que dan lugar a situaciones de verdadera incertidumbre en otros grupos sociales.
En general, a medida que inician su práctica, los graffiteros se van incorporando a grupos juveniles acordes a sus expectativas. Esto lo señala uno de ellos, quien prefiere darse a conocer como IfesYard (22). Igual que Nito (20), un graffitero del conurbano que considera a su grupo de artistas amigos como a su segunda familia. El muralista Pelos De Plumas (27) comenta que, si bien algunas veces pinta solo, otras se junta con amigos para realizar obras de mayor envergadura. Según la Psicóloga Social Patricia Caballero, en estas agrupaciones predomina la proxemia, es decir, la importancia asignada a la calle para la transmisión de sus mensajes.
He aquè entonces una gran obra de un artista urbano que ha plasmado su talento en Costa Rica 4165 (Palermo) a pocos metros de la Plaza Unidad Latinoamericana.
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