Cuando cometemos un error de modo repetitivo es considerado una “brutalidad” comparable con el barro. Cuando nos encajamos con un vehículo no encontramos el modo de salir de allí. Termina siendo “oneroso” cada descuido dado que el costo siempre existe. En vez de ir en busca del progreso nos dirigimos hacia el vacío.
No debemos ubicarnos en el lugar de “únicos” creídos que somos los mejores. Más tarde llega el “desconsuelo” pudiendo haber evitado dicha situación, desconsuelo que no todos sentimos, más de uno se considera perfecto. Continuando por la vida como un ser majestuoso.
Sin intuir que el “odio” con el que se va formando se acrecienta perjudicando su salud mental dañando a la vez la física. Aquellos seres que se creen únicos se sienten reyes del “universo”, no teniendo en cuenta que en el momento menos pensado se estrellarán ante el primer obstáculo que se les presente siendo tarde para su recuperación.
Mercedes Giangrande













