Por Jorge Truscelli. Algunas veces te pasan cosas que parecen horribles, dolorosas e injustas, pero con el tiempo, entiendes que, sin superar estas cosas, nunca hubieras realizado tu potencial, tu fuerza o tus, ganas. Nada sucede por casualidad o por la suerte. Enfermedades, heridas, amor, momentos perdidos de grandeza o de pura tonterías, todo ocurre para probar los límites del alma. Sin estas pequeñas pruebas la vida, sería como una carretera recién pavimentada, suave y lisa. Una carretera directa sin rumbo a ningún lugar, plana cómoda y segura, más empañada y sin razón.
Por ello, la gente que conoces, afecta tu vida, las caídas y los triunfos que tú experimentas, porque crean la persona que eres. Aún se puede aprender de las malas o buenas experiencias. Si alguien te hiere, te traiciona o miente, te ha enseñado la importancia de perdonar, Si alguien te ama, ámalos tú, no porque ellos te aman, sino porque te han enseñado a amar y a abrir tu corazón y tus ojos a las cosas pequeñas de la vida.
Por todo ésto, haz que cada día cuente, y aprecia cada momento. Además de aprender de todo lo que puedas aprender, porque quizás más adelante no tengas la oportunidad de aprender lo que tienes que aprender de este momento. Libérate de los malos pensamientos. Repítete a ti mismo que eres una persona buena, con valores, con compromiso, y realízalo. No lo dejes, sólo en momentos vacíos, Crea tu propia vida basada en el amor, felicidad y cariño. Todo pasa por algo, , sea la circunstancia que sea, pero hazlo con una sonrisa, no para agradar a nadie. Eso, es una postura trivial, una sonrisa interna, que te diga «hoy aprendí algo nuevo». Así es la vida.