Por Jorge Truscelli. La pobreza más grande de una persona es presumir su ego, alardear su falsa personalidad y creerse superior a los demás.
Una persona arrogante: Dícese de alguien que carece de humildad, o que se siente o se cree superior a los demás. Es un adjetivo usado para expresar una característica negativa o un defecto de la personalidad de un individuo. La palabra proviene del latín arrŏgans, arrogantis.
Hay quien confunde la arrogancia con la autoestima. Sin embargo, son cosas diferentes. Tener confianza en uno mismo o una elevada autoestima no supone un defecto ni tiene una carga negativa, al contrario, es simplemente confiar en las propias capacidades personales. Por el contrario, ser arrogante implica tener un exceso de orgullo que a veces no nos permite darnos cuenta de nuestras fallas o limitaciones. El trastorno de personalidad narcisista se caracteriza por un patrón generalizado de sentimiento de superioridad (grandiosidad), necesidad de admiración y falta de empatía.
De este modo, esta patología se denomina el Síndrome de Hubris. a través de David Owen, médico británico que identificó este trastorno, quien señala que el padecimiento de querer tener siempre la razón es común en los líderes y en quien ostenta poder. Entre sus características se distinguen aquellos soberbios y arrogantes, a los cuales se les aplica a cualquier orden en la vida, que puede estar afectado en su género, cultura , credo , religión, situación socioeconomica, política, social, raza , familia o deporte.
Para finalizar, cada hecho debe encuadrarse en su justa medida y análisis.