En Buenos Aires, ciudad donde los amores prosperan a pesar del calor extremo y las contrariedades urbanas, los cocineros sacan a relucir sus dones el domingo 14 de febrero, en un San Valentín que llena el aire de pociones románticas en forma de bocados seductores sólo para dos.
¿El mito? el sacerdote Valentín, cuando el Emperador Claudio les niega casamiento a sus legionarios, desposa a los novios en secreto. Claudio ordena ejecutarlo y Valentín queda consagrado como el Santo del Amor.
Romance legendario, en Viejo Derby
Frente al romántico follaje del legendario Parque Lezama, escenario pasional porteño, el renovado bodegón Viejo Derby, ícono de Barracas, ofrenda sus ideas gastronómicas más carnales. Para empezar, el aire marítimo de sus Cornalitos, Rabas y Calamarettis. Seguido por Trucha con espinacas a la crema o Gran Lomo Derby. Después, Mousse bien helada de chocolate, y una rosa roja como regalo de la casa para cada mujer, en cada mesa.
En Defensa 1809/
Bien francés, en Cocu
La consagrada boulangerie Cocu pregona el amor en San Valentín en forma de una delicada rosa comestible, ofrenda azucarada de manzana, que simboliza pureza y tentación y se obsequia con cada Fórmula Real: un desayuno o merienda que invitan al romance. Dúo de bebidas calientes, jugos exprimidos, croissants, panes de chocolate, tostadas con queso y mermeladas caseras, brownie con nueces y pizza. Al final, un Maestro Panadero entrega la rosa de manzana al hombre de la pareja, para que él la regale a su amada.
En Malabia 1510
A la italiana, en Circolo
En San Valentín, el restaurante del Circolo Italiano abre las puertas de su majestuosa mansión, para un almuerzo con música itálica que hable de todos los romances épicos de su historia.
En los jardines, las terrazas o el salón de la casa Leloir, al resguardo de su verde centenario, el Menú Valentino propone comenzar con Queso Brie crocante sobre calabaza en finas hierbas y uvas caramelizadas en Oporto. Después, Tagliatelle al Nero di Sepia con crema de mariscos y eneldo. ¿Postre? Mousse de chocolate con merengue italiano, sobre frutos rojos.
En Libertad 1264
A la canasta, en Diggs
El primer bar de hot dogs y ribs de Plaza Serrano también nutre al amor palermitano en su día. Para eso su chef, el reconocido Dante Franco, preparó el más seductor combo de street food porteña que dos almas gemelas pudieran desear: Canasta de Ribs con barbacoa + 2 tragos afrodisíacos con vodka, guayaba, frambuesa y vainilla.
Para chuparse los dedos en las mesas de la vereda, en su terraza o en el salón, al ritmo del DJ residente Cucho, el maestro de los vinilos, que hará sonar sus mejores sonidos de amor.
En Serrano 1580
Historia de amor, en Club del Progreso

El restaurante del histórico Club del Progreso, sede de múltiples intenciones románticas en todas las épocas, anuncia, orgulloso, su Menú San Valentín, que en manos de su chef Lisandro Botti deviene ternura porteña al plato. En el hermoso palacete del Club, construido por los arquitectos Pablo Lanús y Eduardo Hary para la familia Duhau, se puede comer en el Patio Colonial al aire libre o en su verde y florecido Jardín Victorino de la Plaza. Y adentro, pasando la entrada para carruajes, el techo con lucarna vidriada, las barandas de hierro y pasamanos de bronce, en los famosos salones Diego de Alvear, con sus arañas de caireles; de los Presidentes, para veinticuatro comensales y el rojo como leit motiv; o Leandro Alem, con largos cortinados de terciopelo.
Sólo en mesas para dos: Tibia de langostinos (langostinos ahumados, sobre cuscús de avellanas y pasas, con suave salsa de pesto de rúcula); Roulad de lomo (Lomo relleno de espinaca y pistachos con salsa de Oporto y miel, acompañado por cremoso de calabazas ahumadas al tomillo). De postre, Bavarois de Maracuyá sobre crema de vainilla.
En Sarmiento 1334
Rubor porteño, en Don Carlos
Las mesas ciudadanas de Don Carlos celebran la tradición del amor con platos que preludian un encuentro pasional. En su famosa ochava de Billinghurst y Valentín Gómez, el salón con boisserie y los camareros con trayectoria gastronómica prometen un banquete de Tartar de salmón rosado en aceto y jengibre, con mezclum de berros, rúcula y endivias; Abadejo en salsa mediterránea (concassé de tomate, olivas negras y albahaca) con papas al natural y suave aceite de paprika. Al final, Peras al champagne con crema de limas.
En Billinghurst 450
Danilo Raticelli