Por Ana Leguísamo Rameau. Hay calles que no sólo aportan nombres a sus ciudades sino que integran verdaderas identidades dentro de un barrio. Santa Fe, Araoz, El Salvador, Costa Rica, Salguero, Coronel Díaz, Scalabrini Ortiz y otras tantas son verdaderos íconos dentro de nuestra hermosa república palermitana. Ocurre que, detrás de cada nombre, existe una exquisita y enigmática historia de la que, muchas veces, estamos ajenos a su conocimiento. Por eso no cabe duda dónde se encuentra la avenida Scalabrini Ortiz pero ¿sabía usted quien era verdaderamente Raúl Scalabrini Ortiz? Verá que no sòlo era una ocurrencia ideada por algùn concejal al bautizar una calle de esa manera pues Scalabrini Ortiz era un ser multifacético y respetado por todas clases argentinas.
Raúl Scalabrini Ortiz, amante de las matemáticas, la física, escritor, periodista, agrimensor, campeón universitario de box y luchador, desde una óptica muy personal con respecto a la religión, manifestó su ateísmo, y es precisamente la muerte de su padre que produjo el impacto de su primerainclinación por escribir sobre este tema: “… la idea de la muerte me absorbió. Lo infinito apareció en mi cerebro como una revelación prematura… El dolor real, verdadero, me hizo llorar por primera vez…”
Amigo de Ernesto Uriburu viajó a Europa y experimentó un sentimiento profundo de soledad: “Estoy solo, absolutamente solo. No hay conmigo nadie màs que yo mismo. Me espanta la idea de mi propio ser aislado en el universo…”
Sus inicios en el periodismo determinaron un estilo personal con artículos desordenados y, si bien, la profesión no colmó sus expectativas económicas, tampoco lo hizo su tarea de agrimensor, por lo cual Scalabrini Ortiz relató, en alguna oportunidad, sus carencias al haber padecido hambre y necesidades monetarias.
Sensible, erudito y humilde, escribió obras propias «El hombre que está solo y espera» y en los medios de “La Gaceta del Sur”, “Pulso”, “Martín Fierro”, “Claridad, “Vida literaria”, “La Manga”, màs en la “Revista del Club Universitario de Buenos Aires (CUBA)”. Posteriormente, en 1928, trabajó por primera vez en “La Nación” componiendo temas diversos con la seguridad de su falta de credo político aunque, ciertamente, se opuso a Hipólito Irigoyen.
Si bien, Scalabrini Ortiz no evidenció una definición concretamente polìtica, aunque a veces fue acusado marxista, demostró sinceramente su lucha total contra la estructura económica colonial, que habìa organizado Gran Bretaña en nuestro paìs, y lo hizo con total soltura en su
“Tragedia argentina”. Luego, en 1935, integró el movimiento político FORJA, sosteniendo principios en contra del capitalismo y de orìgen radical.
Cuando Juan Domingo Perón asumió su presidencia escribió innumerables cartas a Scalabrini Ortiz, quien le propuso integrar un movimiento intelectual. El copioso correo era contestado casi amistosamente así:
“Mi general y amigo:
Su ofrecimiento es la mayor muestra de simpatía que haya recibido en mi vida pero temo que la tarea exceda la órbita de mis aptitudes. He sido siempre un trabajador solitario…”“Usted me hace entrar en la historia a empujones. ¡Tan Don Nadie que he querido ser siempre!”
Raúl Scalabrini Ortiz falleció un 30 de Mayo de 1959. Su vasta y admirable trayectoria no puede resumirse en simples carillas para demostrar la enseñanza y la grandeza de este hombre que luchó por una verdadera identidad nacional, pero su honestidad y espíritu de igualdad nos hace entender que todo hombre que lucha y predica la justicia social en un mundo devorado por los intereses particulares, tarde o temprano, podrá sentirse solo, absolutamente solo, como lo estuvo Raúl Scalabrini Ortiz.