Andrés Basile y Belén Codarini tuvieron la oportunidad de embarcar en la fragata ARA “Libertad” como cadetes del último año de cursada de la Escuela Nacional de Náutica y la Escuela Nacional Fluvial. Cuentan de esta experiencia única e importante para el futuro de sus carreras como Pilotos de Barco. En el marco del 45° Viaje de Instrucción Naval del buque escuela argentino, fragata ARA “Libertad” (FRALI), Andrés Basile y Belén Codarini experimentaron la navegación más importante de sus carreras. Embarcaron en Buenos Aires, el 23 de abril y su viaje culminó cuando la fragata tocó el puerto de Ámsterdam en Holanda el 8 de julio pasado.

Los chicos fueron elegidos para representar a sus instituciones educativas: Andrés es cadete de la Escuela Nacional de Náutica “Manuel Belgrano” (ESNN), y Belén realiza sus estudios en la Escuela Nacional Fluvial “Comodoro Antonio Somellera” (ESNF). Ambas escuelas dependen de la Dirección General de Educación (DGED) como muchas de las escuelas de Formación y Capacitación de la Armada Argentina.
En cada viaje de instrucción alrededor del mundo, la fragata cuenta con invitados especiales y el par de vacantes para los estudiantes de estas escuelas fueron cubiertas por Andrés y Belén. Ambos tienen 23 años y son oriundos de la Ciudad de Buenos Aires.
Andrés Basile vive en Capital Federal y estudió en el Liceo Naval Militar “Almirante Guillermo Brown”. Fue entonces cuando comenzó su vínculo con la Armada Argentina y la fragata. “Navegué tres veces en la fragata por cortos períodos como parte de mis estudios. Me encantó y fue un sueño hecho realidad volver a embarcarme por tanto tiempo. Todo comenzó con una vacante para formar parte de la tripulación como

voluntario; y no lo dudé”.
Poco antes de egresarse del liceo, Andrés contó que ya había decidido ingresar a la ESNN porque deseaba que su futuro profesional fuese la navegación. “Me encanta el mar y el dinamismo que tiene la carrera. Lo más lindo es trabajar en equipo y viajar”, expresó.
A Belén también le apasiona su carrera: “Lo que más disfruto es navegar y todo lo que esto implica. Los estudios resultan a veces agobiantes por la carga horaria, el contenido y la formación, pero cuando por fin llega este último año, te das cuenta de que todo vale la pena”.
Esta experiencia única en sus carreras comenzó un mes antes de la zarpada de la fragata. Durante ese tiempo, tuvieron clases de familiarización del buque y sistemas de seguridad, entre otros. Además, ese período les sirvió para conocer y adaptarse al grupo de cadetes de la Escuela Naval Militar y para Andrés y Belén fue más fácil relacionarse con toda la tripulación; conocían gente nueva constantemente con buena predisposición para convivir y ayudar.