Según el portal La Voz “Las golosinas son alimentos elaborados por la industria que causan placer, pero carecen de valor nutricional; es decir, son calorías vacías”, afirma Raquel A. Furnes, jefa de la Sección de Gastroenterología Pediátrica y de la Unidad de Nutrición Pediátrica del hospital Privado.
Desde el centro de salud explican que las golosinas están constituidas básicamente por azúcares simples (fructuosa, glucosa y sacarosa) de rápida asimilación, aditivos y colorantes artificiales para obtener esos llamativos colores. Estas sustancias hacen un pobre aporte nutricional al organismo y su abuso puede derivar en problemas para la salud.
Por su parte, Laura Nores, jefa del Servicio de Alimentación del hospital Privado, asegura que las golosinas (como caramelos, chupetines, bombones, chicles, confites y pastillas) afectan al niño desde dos aspectos. Por un lado, el psicológico, porque erróneamente los adultos las vinculan con premios, y esa asociación perdura en el inconsciente toda la vida. Por otro lado, impacta en lo orgánico, ya que están compuestos por diversas sustancias –como acidulantes, antiespumantes, antioxidantes, aromatizantes, y colorantes, entre otros–, muchas de las cuales tienen efectos nocivos para un sistema inmunológico y digestivo en proceso de maduración.
Por otro lado, “El Club de salud” explica que caramelos, snacks, fast food, por citar solo algunos de los ejemplos más consumidos, son alimentos que dentro de su composición, tienen un alto contenido de hidratos de carbono, grasas y/o sal que pueden desencadenar efectos adversos sobre la salud.
Las golosinas, están constituidas básicamente por azúcares simples (fructosa, glucosa y sacarosa) de rápida asimilación, aditivos y colorantes artificiales para obtener esos llamativos colores. Sin embargo, bajo esa atractiva apariencia se esconden diferentes sustancias que nada aportan a nuestro cuerpo y su abuso puede derivar, en problemas para nuestra salud.
Cabe destacar, que los buenos hábitos alimentarios comienzan desde los primeros años de vida, por lo tanto, la alimentación desequilibrada en los niños, se debe a la falta de información de los padres y de mensajes publicitarios engañosos y persuasivos, agrega la especialista Raquel A. Furnes al respecto.
Para finalizar, hay que tener en cuenta, que las predilecciones y rechazos que se inician en esta edad, perdurarán para siempre. Por lo tanto, una de las maneras en que los niños aprenden es observando e imitando el comportamiento y acciones de los padres.