A veces, aunque pensés que sos el candidato ideal para un puesto de trabajo, no siempre terminás siendo seleccionado. Para saber dónde has fallado en la entrevista de trabajo, debés analizar los errores para evitar cometerlos de nuevo.
A continuación, te contamos los puntos clave en los que podés focalizar para llevar la entrevista a buen puerto.
Ser puntual
A una entrevista debés llegar puntual. Es preferible planificar la ruta para llegar con tiempo y calcular el posible tráfico que puedas encontrar.
Llegar tarde da mala impresión y muestra una falta de respeto hacia la empresa y hacia el tiempo del reclutador. Recordá llegar a la hora acordada ni antes ni después, ya que la persona que te ha citado tendrá trabajo programado. Si llegás antes, esperá cerca tomando un café, si es necesario, antes de subir a las oficinas.
Si ocurre algún incidente que te impide llegar o hace que llegués tarde, comunicalo. Así, podrán cancelarla, si lo consideran necesario o bien asignarte un nuevo día u horario.
Para el departamento de Recursos Humanos, es mejor saber que un candidato no llegará que no saber nada más de él. Pensá que el mundo es un pañuelo y puede ser que más adelante te vuelvas a cruzar con esa persona.
Tu actitud abre puertas
La actitud con la que te presentes a la cita da muchas pistas al gestor de talento. Recordá que debés sonreír, aunque estés nervioso, y estar dispuesto a establecer un diálogo con el entrevistador. No es un tercer grado, es una charla para conocerte y saber cómo podés encajar allí.
Mostrate sereno y si estás algo nervioso, se lo podés comentar; no pasa nada. Todos somos personas, así que entenderá esa inquietud.
Cuando te reciba, no te quejés del tráfico o de lo difícil que ha sido llegar. Protestar durante la primera conversación puede dar la sensación de que no querés ese trabajo o incluso pueden llegar a pensar que si el tráfico es horrible, pronto dejarás el empleo al tener que llegar cada día hasta allí.
A veces, la actitud juega un papel más importante que la experiencia. El entusiasmo se palpa y el reclutador sabe si es fingido o si te apasiona realmente el proyecto.
Presentarse aseado y bien vestido
Acordate que el aspecto y la higiene son importantes. No hace falta ir vestido como si fueras un invitado de casamiento, simplemente limpio y con la ropa planchada. Parece un consejo obvio, pero el cuidado físico hace inclinar la balanza.
Según los gestores de Recursos Humanos, presentarse con la ropa sucia o poco aseado son signos clave de que esa persona no muestra interés por el empleo y seguramente, le costará encajar entre sus compañeros.
No significa que si vas arreglado, te darán el trabajo, sino que la higiene personal es importante cuando se busca empleo.
Para asistir a una entrevista, siempre es mejor usar colores neutros y que denoten confianza en uno mismo. Evitá los colores chillones o las extravagancias.
No debés disfrazarte; no consiste en aparentar ser otra persona. Utilizá ropa que sepas que te queda bien y te permita sentirte cómodo con vos mismo.
Es importante que conozcas cómo es la empresa. Si es una empresa tradicional y su imagen se relaciona con hombres y mujeres trajeados, vestite formal. Por el contrario, si es una start-up y la gente viste casual, dejá el traje en casa y optá por ropa un poco más informal, pero sin perder de vista que querés dar una imagen profesional.
Sin interrupciones: celular silenciado
Otra muestra de respecto es silenciar o apagar el celular o cualquier dispositivo móvil que pueda interrumpir la conversación.
Debés hacerlo antes de entrar a la sala. No tengas el celular a mano, a no ser que lo necesites para mostrarle algo al reclutador. Dejarlo encima de la mesa puede parecer que estás más interesado en lo que sucede fuera de la entrevista que en ella.
En efecto, lo mejor es guardarlo y no volver a pensar en él hasta que la entrevista haya finalizado.
Prepararse para la reunión
Debés ser sincero y responder lo que pensás en cada momento. Sin embargo, hay preguntas para las que te debés preparar.
Las principales son las que tratan sobre la empresa. Lo hemos repetido muchas veces, pero no nos cansamos de decirlo: es necesario conocer la empresa, su cultura organizacional y sus valores.
Si te preguntan qué sabes sobre la empresa o por qué podrías encajar allí, que tu respuesta sea acertada dependerá del trabajo de investigación que hayas hecho previamente.
Un buen candidato es aquel que recoge información de distintas fuentes. Consultá su página web, su blog corporativo, sus redes sociales y las evaluaciones en CompuTrabajo.
Si querés saber qué pasos seguir para conocer mejor la empresa, leé el artículo ¿Qué debo conocer de la empresa antes de ir a una entrevista de trabajo?
Encontrar el equilibrio entre los logros y los fracasos
Antes, en las entrevistas de trabajo, debías venderte. Debías decir todos tus logros y presentarte casi como un producto al que la empresa no podía rechazar.
Esa concepción ha cambiado y ahora es un diálogo para que tanto vos como la empresa se enamoren el uno del otro. Por ese motivo, no es necesario presumir en exceso, aunque tampoco debés subestimarte.
La sinceridad es esencial. Es importante que cuentes los objetivos alcanzados durante tu carrera profesional, así como enumerar tus fracasos, si te lo preguntan.
La pregunta sobre fracasos y errores sirve al reclutador para saber qué aprendiste de esa experiencia y también comprobar que sos sincero. Nadie ha tenido una vida profesional sin errores, así que usá ese conocimiento que has aprendido para enamorar a la empresa.
Participar en la conversación
La entrevista no deja de ser una conversación, en la que el entrevistador suele hacer las preguntas.
Tus respuestas deben estar estructuradas y dar información. Contestar sí o no no dará al reclutador información y eso puede desesperarlo. Alimentá la conversación y mantenete abierto a la hora de responder y colaborar. Para ello:
Es importante que cuides tu lenguaje y des ejemplos detallados de tus experiencias o formaciones.
Es necesario que haya un equilibrio: ni demasiado callado ni demasiado hablador.
Las preguntas al gestor son importantes, ya que muestran interés. Pensá realmente qué te gustaría saber.
El sueldo y las vacaciones en el momento adecuado
Otro error común es preguntar sobre el sueldo y las vacaciones a los 5 minutos de empezar.
Comprobá antes de asistir, si esa información aparece en la oferta a la que aplicaste. Si lo hiciste a través de CompuTrabajo, podés consultar las vacantes y sus características en tu área personal.
Si esa información no aparece, dale tiempo al entrevistador para tratar esos temas. Si a los cinco minutos te interesás por este aspecto, podés dar a entender que solo te interesa eso.
Normalmente, él recuerda los términos del puesto durante la reunión. Si no saca el tema, en ese caso, podés preguntar al final o bien esperar al siguiente contacto. Es un tema delicado y por eso, requiere tacto.
Sé sincero y si es un factor relevante para vos, mencionalo al final, cuando ya has podido ver si realmente te interesa trabajar allí o no.
Repasá todos estos puntos para no fallar en una entrevista y enfrentate a ella con optimismo y los deberes hechos. Fuente: Computrabajo.