La Asamblea de Pequeños y Medianos Empresarios (APYME) expresa su escepticismo ante el anuncio de un conjunto de medidas de supuesto “alivio” para la emergencia económica que sufre la mayoría de los argentinos.
Lamentablemente, lejos de escuchar los reclamos de los sectores perjudicados por el actual rumbo económico, el Gobierno opta por ratificar los “profundos cambios estructurales” acordados con el FMI que llevaron a la crisis económica y social que hunde el mercado interno, el sistema productivo y la industria nacional. El mismo FMI ya anticipó que se espera para este año, y en particular para el siguiente, mayor recesión y desempleo.
Llama la atención que el ministro Dujovne comenzara la conferencia de prensa admitiendo que la inflación actual es producto de la devaluación y la suba de tarifas (instrumentadas por el Gobierno). La desmesurada suba de tarifas, combustibles y servicios no se retrotrae, y ahora se asegura que al menos para usuarios residenciales no habrá nuevos aumentos hasta fin de año. Las Pymes no están contempladas en esa benevolencia.
Tampoco benefician a las Pymes los acuerdos de precios en 60 productos básicos con grandes firmas y supermercadistas, que se pautaron “al menos” por seis meses. El ministro Dujovne afirmó que se trata de “un pacto de caballeros”. Esta frase pone de manifiesto la escasa seriedad de este acuerdo y la nula vocación de establecer límites reales a los sectores concentrados formadores de precios.
Asimismo resulta poco serio que la ministra Desarrollo Social presente créditos para jubilados, pensionados y beneficiarios de AUH a tasas de más del 40 % afirmando que no son usurarias. La ministra admitió que esos créditos serán destinados en gran parte a afrontar la refinanciación de deudas contraídas por esos sectores para sobrevivir.
Las medidas relacionadas con el comercio resultan irrisorias, las Pymes necesitan un mercado interno fuerte y el restablecimiento del crédito productivo, algo imposible con tasas de más de 60%. Tampoco resultan un “alivio” las exenciones para exportadoras, que son menos del 1% de las empresas del sector.
Por su parte, las medidas fiscales anunciadas no deberían ponerse bajo el rótulo de “ayuda para las Pymes”, porque en principio son para todas las empresas. Deberá esperarse a su implementación para verificar en qué grado podrían responder a los urgentes reclamos de las unidades productivas más chicas, que constituyen más del 90% del universo empresario.
Por estos motivos APYME advierte que estas medidas resultan irrelevantes y que no mejorarán la situación del mercado interno, las Pymes ni los sectores más vulnerables. Cuando se llama a “poner el hombro”, debería centrarse este pedido en los sectores que siguen maximizando beneficios bajo el actual modelo, como empresas energéticas y mineras, el complejo agroexportador y el sector financiero especulativo.
APYME reitera que no se puede salir de la crisis sin salir de las políticas que la desataron. Se necesita un verdadero cambio de rumbo, con un Estado activo que impulse la producción nacional, el mercado interno, las Pymes, las economías regionales y un sistema financiero al servicio de la producción y el trabajo. Lo demás son espejitos de colores, o más globos.