Como en cada edición se vio una ciudad colmada de gente, disfrutando de las actividades que muchos espacios hicieron en el espacio público, mappings, shows y también fue la excusa ideal para el encuentro y el disfrute con amigos, familia de los bares, cafés y restaurantes porteños.
En esta edición de La Noche de los Museos participaron 38 nuevos espacios. Además, 28 escuelas de la ciudad abrieron para mostrar sus espacios con actividades para toda la familia. Los municipios de Lobos, Tandil, Vicente López y 3 de Febrero se hermanaron a La Noche de los Museos de la ciudad de Buenos Aires, con varios espacios culturales.
La inauguración fue a las 16 con un gran evento que contó con shows musicales, instalaciones lumínicas, feria de emprendedores infantiles y un patio gastronómico.
Entre los espacios más visitados, el Museo Saavedra tuvo una Feria de arte y producción gráfica en pequeño formato. El jardín del Museo Saavedra se volvió el escenario perfecto para compartir con artistas de diversas técnicas (ceramistas, ilustradores, textiles, y mucho más). Además, hubo un taller de encuadernación, recorridos guiados por el museo y el show de la Banda Sinfónica y Coro del Colegio Nazareth, ambos grupos musicales pertenecen al Instituto Santa María de Nazareth del barrio de Saavedra y son conducidos por el Maestro Carlos Garófalo. El Museo del Cine contó con proyecciones, taller de cine pintando y se podrá visitar la muestra “WILENSKI. El fotógrafo de los artistas”. Además se realizó un ciclo de cine al aire libre en calle interna con los Grandes éxitos del cine donde se proyectó: “¡Estamos animados! Panorama de animación contemporánea argentina”, “Alicia en el país de las maravillas”, “Serú Girán en los estudios de A78TV – (1978)”, “Cine Publicitario Recuperado por el Museo del Cine” y “Clásicos, Abstractos y Joyas recuperadas”. Y en el Auditorio del museo, se proyectó: “Early Kirk – Iglesia temprana”, “Carrefur Virgin”, “Tormenta de videos de si misma de menos 22 min ordenadas por Lucía Seles” y “Maratón: El Banquete Telemático”. En el Museo de Arte Español Enrique Larreta hubo estaciones de botánica durante toda la noche en el jardín andaluz. Los visitantes se llevaron la experiencia y el aprendizaje de crear bombas de semillas, terrario, plantines con los gajos del jardín y aprender la técnica del hapa zome.
La Usina del Arte participó con una programación para toda la familia e inauguró Tender Vortex Tormenta, una instalación de dimensones monumentales, diseñada por Martin Huberman & El Estudio Normal, para el Hall Central de la Usina del Arte. La instalación es la última itinerancia de un lenguaje formal llamado Tender, diseñado hace 15 años por Martin Huberman, director de El Estudio Normal. Tras quince años de rotación, vuelve a ser exhibido en la Ciudad de Buenos Aires, con la pieza más grande compuesta por alrededor de 100.000 broches de madera. La obra apela a la memoria popular modificando la estructura material de un objeto cotidiano. A través de la repetición y disposición ordenada, el broche adopta la capacidad generativa de diseñar figuras geométricas complejas. Ténder Vórtex Tormenta envuelve al espectador en la fantasía de estar frente a frente con un fenómeno climático de abismales magnitudes, haciendo de la Usina un espacio ideal para el desarrollo de una nueva infraestructura emocional. Además, se inauguró la muestra Contacto Visual con retratos fotográficos de Andy Cherniavsky, Irina Werning, Lisa Giménez, Matilde Marin, Nora Lezano, Rocío Fernández Charro, Sol Abadi, Violeta Capasso y Vivian Galban. También se llevó a cabo Alice in Wonderland, con localidades agotadas, la ópera de cámara en un acto (1989), versión semi-escenificada con textos de Lewis Carroll y Marta Lambertini por el Instituto Superior de Arte del Teatro Colón.
El Museo Moderno tuvo como destacado el recorrido accesible Revelaciones de un mundo posible orientado a PcD con la colaboración de la Fundación Ninawa Daher, por las salas que integran el programa de exhibiciones El arte, ese río interminable. Es una propuesta para hilvanar debates y reflexiones sobre nuestras relaciones con los cielos. La propuesta de Malba fue realizar visitas por sus exposiciones exhibidas en este momento: Tercer ojo. Colección Costantini en Malba, una exposición que reúne más de 220 obras icónicas del arte latinoamericano en un recorrido que por primera vez pone en diálogo la colección del museo y la de su fundador, Eduardo F. Costantini; Edgardo Giménez. No habrá ninguno igual, una exposición antológica que abarca más de sesenta años de su producción artística, con cerca de 80 obras e instalaciones que hacen foco en su filosofía y activismo en pos de una “obra de arte total”; y Luz y Fuerza. Arte y espiritualidad en el nuevo milenio, una exposición que reúne a diecinueve artistas argentinos contemporáneos cuyas obras giran en torno a la espiritualidad. El Museo Argentino de Ciencias Naturales «Bernardino Rivadavia», tuvo mesas científicas: Paleontología-Geología-Aire-Agua y propone un recorrido por la museografía habitual. El Museo Casa de Yrurtia tuvo 10 salas de exposición permanente, una muestra cápsula, una exhibición temporaria de arte contemporáneo. La intervención urbana de la Calle Lanín de Marino Santa María y su taller, ofreció una propuesta artística que plantea quedar inmersos en un canal de color y de música en un espacio de arte a cielo abierto. El Museo Nacional de Bellas Artes exhibió su colección permanente, tres muestras temporarias: «Alfredo Hlito: una terca permanencia»; «Daniel Santoro»; Bienalsur: City of Abstracts, de William Forsythe; además tendrá visitas guiadas y actividades especiales. La Colección Amalita, tuvo disponible un recorrido por su colección permanente y las exhibiciones temporarias. La Casa Museo Bernardo Houssay tuvo en total cuatro salas en funcionamiento, dos de ellas fueron inauguradas en el Museo de la Diabetes que incluyó mapping y actividades interactivas. También hubo una proyección de audiovisuales sobre una medianera de la casa y actividades de realidad virtual. El Museo Bernasconi abrió seis salas comúnmente cerradas al público: «Animales de nuestro país»; «Antes de lo humano»; «Grandes maquetas»; «Sala de Arte Aurelio V. Cincioni»; «Conócete a ti mismo» y «San Martín según Rosario». Y las actividades estuvieron centradas en: la alfabetización científica a través de un recorrido guiado para toda la familia por nuestra sala de animales nativos. El Museo Benito Quinquela Martín invitó a recorrer sus exhibiciones: «Casa Museo de Benito Quinquela Martín» expone el mobiliario original intervenido por Quinquela con sus colores preferidos, sus herramientas, sus objetos más preciados y pinturas de su autoría; y «Desmaterializar la pintura», exposición antológica de Miguel Diomede quien dedicó su vida a la búsqueda de la quintaesencia del arte. Además, en continuado, habrá obras de la colección que cobrarán vida a través de la intervención de actores y actrices que interpretarán a sus protagonistas. La Fundación Instituto Leloir realizó un circuito de espacios interactivos, charlas de divulgación y exposiciones en diferentes salas. El Paseo de la Esculturas estuvo con un recorrido con la explicación de las técnicas de restauración de los monumentos y obras del espacio público de la Ciudad. El Museo Malvinas e Islas del Atlántico Sur, propuso Pisar Malvinas, doce salas entre permanentes y temporarias, con actividades especiales para La Noche de los Museos. El Paseo histórico en los coches La Brugeoise ofreció un viaje en los antiguos coches de madera que circularon durante casi 100 años por la Línea A, declarados Patrimonio Cultural de la Ciudad de Buenos Aires. Fueron tres recorridos entre las estaciones Perú y Acoyte, de 40 minutos de duración cada uno, durante los cuales una guía de turismo contó la historia tanto de los coches como de los comienzos del subte. Abrió sus puertas al público el museo del Hospital de Clínicas José de San Martín, de la Universidad de Buenos Aires y exhibe una colección de aparatos, fotografías y objetos que muestra cómo se atendía desde 1881.