Por Ana Leguìsamo Rameau. «Mantenga la cortina cerrada» dice un container del barrio de Palermo ubicado en Gascòn y Aràoz, aunque la misma està abierta como un viejo buzòn de antaño. Los carteles son en vano pues, los vecinos, pasan patean el container, y hasta tiran la basura a sus costados. Durante los fines de semana, muchas veces, se convierten en inodoros para la gente en situaciòn de calle y hasta los màs mal educados, los apedrean y los rompen porque sì.
Desde hace unos años, estos contenedores, eran màs pequeños y tambièn solìan ser el blanco perfecto de la destrucciòn. Luego se los reemplazò por otros màs grandes hasta dar, hoy en dìa, con los que ya conocemos, los cuales traen solapa o la cortina que muchos ignoran al cerrarla.

La cultura de juntar la basura, tirarla al cesto, discriminarla, separarla y un sinnùmero de situaciones nuevas ha puesto al vecino contra la pared. Una pared de un lado dice que es complejo el hecho de catalogar los deshechos blandos como yerba, comida y otros materiales, pero lo cierto es que los habitantes de las comunas ya han puesto manos a la obra para aprender en conjunto con el encargado del edificio que es a quien le toca la màs difìcil tarea de seleccionar los deshechos para que se los lleve el recolector. De ese modo, ambos deben colaborar para vivir en un ambiente mejor.
El problema viene, cuando la falta de educaciòn e inconsciencia pone al pasante en una exposiciòn tal que, al no tener cuidado, la salud queda en juego. Tal es el caso de los recolectores urbanos que entran al contenedor y hasta seleccionan los materiales con sus propias manos mezclando la basura (la cual uno no sabe què contiene) para separarla en sus carros y asì poder venderla.
El servicio público de Higiene Urbana que presta el Gobierno de la Ciudad contempla la recolección de residuos, tanto de los domiciliarios como los de grandes generadores, y el barrido de calzadas. Desde la sanción de la ley de “Basura Cero” en 2006, la política que promueve el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires respecto a gestión de los residuos sólidos urbanos se orienta a reducir la generación, recuperarlos y reciclarlos, con el fin de lograr la eliminación progresiva de los rellenos sanitarios.
Para ello se implementó un sistema de conteinerización que próximamente cubrirá toda la ciudad, así como la instalación de campanas verdes, que son recipientes destinados exclusivamente a los residuos secos o reciclables. También se concientiza a la población acerca de la importancia de separar en los domicilios los residuos húmedos de los secos.
Como en todos las escalas de la vida, la separaciòn de la basura, el cuidado de las calles y la separaciòn de los residuos, como es debido, para echarlos al cesto, es todo un proceso donde el vecino debe «aprender» para «aprehender» la nueva cultura del reciclado y asi llegar a obtener una conciencia mayor para el cuidado del Medio Ambiente.