
Una familia se supone que debe estar a nuestro lado, nos debe guiar, brindar su apoyo y darnos su amor incondicional pero muchas veces ocurre que los vínculos se rompen y nos sentimos más cerca de aquellos amigos o vecinos que comienzan a forman parte de nuestro núcleo familiar. Sin embargo ocurre, muchas veces, que esos vínculos con «nuestra familia de sangre» se rompen definitivamente y allí es cuando encontramos el refugio en otra gente. Esas otras personas pasan a formar parte de nuestra nueva familia: nuestra familia por adopción. Sobre este tema, también podremos asociar el caso de las familias ensambladas.
De este modo, María Guidobono (Psicóloga Social) analiza las situaciones que llevan a optar por esos nuevos lazos familiares.