El público se prepara, toma asiento y espera mientras un actor, vestido de médico, habla por celular. Alza la voz y hasta se enoja. Luego, cuando la sala del teatro Itaca permanece completa, comienza la escena entonces, el protagonista se compenetra y ensaña en una conversación particular. Posteriormente, entra una paciente llamada María, quien se ubica frente al psiquiatra y cuentas sus intimidades y sus penurias. Es allí cuando, a través de cierto nerviosísimo, la mujer nos hace pensar que estaría presa de alguna adicción. Sus gestos y mirada así lo denotan.
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La acción transcurre pura y exclusivamente en un hospital público donde María establece un dialogo con su psiquíatra. La obra dura una hora en punto.
Los actores son tres: Verónica Bustos, Julio Palleros y Bernardo Chiné, todo un combo perfecto que, aunque pocos, los artistas muestran lo mejor de sí. Nada que envidiar al teatro comercial, es puro talento y, si uno tuviera que medir con una regla cuáles el mejor, la partiríamos en tres partes iguales.
Son historias de seres enrevesados que se entrelazan en semblanzas comunes como las de cada uno de nosotros: un médico acomodado que digita la vida de su paciente, una mujer dependiente y conflictuada que lucha por subsistir en un ambiente estresante, y un enfermero que intenta salir airoso de un mal peculiar y de su amor casi inconfesable por una mujer.
La obra es realmente recomendable y se puede disfrutar los Miércoles a las 20:00 en el Teatro Itaca, en Humahuaca 4027.
No se la pierdan.
