No se pasa por Villa Crespo sin conocer el monumento a Osvaldo Pugliese, ese icónico homenaje donde el Maestro toca el piano junto a sus queridos músicos, aquellos a los que tanto respetó y con los cuales formaba una verdadera cooperativa.
Por eso, anclado en la esquina de Corrientes y Scalabrini Ortíz, es todo un deleite verlos a todos juntos detrás de la baja arboleda o ligustrina mientras el ruido ensordecedor de los coches van y vienen.
Es así que, el pianista y compositor Osvaldo Pugliese es un personaje indiscutible de la identidad de Villa Crespo y sus calles. Sus vecinos se llenan de orgullo, cuando hablan de su maestro y, mucho más, cuando se hace referencia a tan homenaje.
Mientras tanto, los transeúntes, se toman un respiro y descansan junto a la talentosa orquesta esquinera, mientras un busto gris yace enmarañado al verde y las flores de su centro.
De este modo, en la intersección de las calles Corrientes y Scalabrini Ortiz, la escultura realizada por la artista Paula Franzi, lo muestra sentado al piano junto a los históricos instrumentistas de su orquesta.
Dueño de un gran talento y una brillante carrera musical, Osvaldo Pugliese se convirtió en uno de los artistas más reconocidos del tango. Su particular estilo continúa inspirando a músicos y tangueros del mundo, pero a más de 20 años de su muerte, también se lo invoca en un gesto de antimufa o antiyeta.
A Osvaldo Pugliese no solo se lo reconoce como uno de los grandes músicos argentinos que revolucionó la interpretación del tango en el piano, sino también como un ciudadano comprometido con el trabajo de músicos, intérpretes, compositores, y sus derechos y obligaciones como artistas. Fue entonces, en 1935, cuando impulsó el Sindicato Argentino de Músicos del que fue el afiliado número 5, para promover las labores de la música como «una dignidad personal y no un castigo», decían desde la organización.
Un año después, también se afilió al joven Partido Comunista Argentino. Sus ideas y convicciones le valieron la persecución, censura y hasta la cárcel, durante el gobierno de Juan Domingo Perón y la posterior dictadura de la “Revolución Libertadora”. No obstante, Pugliese nunca dejó de tocar.