Hoy en día, caminamos por la calle y sentimos que nuestros vecinos, desconocidos, o transeúntes comunes, están al borde de la eclosión. Es como si una pequeña chispa activara un poco de nafta para que todo estalle al mismísimo infierno. Incluso, nosotros mismos tenemos toda esa impresión que estamos sensibles y con mucha bronca contenida.
Por todo esto, María Guidobono, analiza esta situación que se apodera de la sociedad actual.