El desayuno es la comida más importante del día. Este mito se basa en la idea que durante la noche pasamos muchas horas sin comer, mientras el cuerpo sigue utilizando la reserva de energía para mantener muchas funciones del organismo.

Los alimentos nos aportan energía, nutrientes y agua, todos indispensables para la vida. ¿Por qué debemos tomar desayuno? Porque después de 10 a 12 horas de ayuno necesitamos energía y nutrientes para realizar nuestras actividades diarias. La falta de este provoca fatiga y pérdida de energía. Así, mejora el rendimiento intelectual pues consumir un desayuno balanceado suministra los nutrientes y la energía necesaria para llevar a cabo los procesos metabólicos y neuronales que facilitan una mejor atención y concentración. En cambio, existen personas que intentan no desayunar pues piensan que podrían, de ese modo, adelgazar más rápidamente pero los nutrientes que se obtienen de los alimentos del desayuno son determinantes en el control de los niveles de glucosa. Así pues, cuando no se consumen a tiempo, o se sustituyen por alternativas poco saludables, la concentración de insulina disminuye y el cuerpo acumula más azúcar.. De todos modos, ayunar no hará que te mueras de hambre pero comer algo antes cuenta con muchos beneficios para mejorar tu físico y salud.

La importancia del desayuno es central ya que es el primer contacto que el organismo tiene con diferentes fuentes de energía. Si bien también las demás comidas son relevantes para ayudar a la persona a mantenerse en buen estado a lo largo del día, el empezar sin desayunar o con un mal desayuno (incompleto) influirá directamente en cómo una persona se manejará durante el día. Hoy en día es común dejar de lado el desayuno por cuestiones de rutina, de falta de tiempo, de stress, pero esto no hace más que empeorar los rendimientos y facilitar a que el organismo funcione de manera incorrecta e incompleta.
Un buen desayuno debe aportar un 20% a 25% de las calorías requeridas en el día, compuestas por: lácteos (leche, queso o yogur) o huevo y jamón como fuente de proteína, hidratos de carbono (cereales sin azúcar agregada, granola, avena, pan integral) y fruta, como una importante fuente de fibra y vitaminas.
La Nutricionista y dietista Renata Cortés explica las 10 razones más importantes por las cuales es recomendable desayunar.
1. Ayuda a bajar de peso: está demostrado que las personas que desayunan tienen un menor Índice de Masa Corporal (IMC), una medida para saber el peso adecuado para la estatura que se tiene.
2. Acelera el Metabolismo: cuando se desayuna el metabolismo da una señal al organismo para que no acumule grasa y en cambio gaste los excesos de grasa corporal.
3. Mejora el rendimiento intelectual: consumir un desayuno balanceado suministra los nutrientes y la energía necesaria para llevar a cabo los procesos metabólicos y neuronales que facilitan una mejor atención y concentración.
4. Mantiene o incrementa la masa muscular: cuando la persona se salta esta comida el organismo satisface las necesidades energéticas con el autoconsumo de la masa muscular.
5. Ayuda a consumir menos calorías el resto del día: al quedar muy satisfecho en la mañana, el individuo tiene menos hambre y menos riesgo de consumir alimentos altos en calorías y de bajo aporte nutricional.
6. Mejora el rendimiento físico: cuando se desayuna se tiene la energía necesaria para todas las actividades de la mañana.
7. Mejora la salud de los dientes: la falta de desayuno se asocia con la aparición de caries dental.
8. Previene la hipoglicemia: al desayunar se mantienen estables los niveles de azúcar en la sangre y con esto se evita una baja en los mismos. Cuando no se hace se podrían producir síntomas tales como mareos, debilidad o desmayos, entre otros.
9. Reduce la ansiedad de comer en las noches: cuando no hay desayuno o no se hace en la forma adecuada se dispara la ansiedad por comer harinas y dulces en las noches, ya que el organismo siente que los nutrientes suministrados no fueron suficientes.
10. Reduce el riesgo de desarrollar síndrome metabólico: este síndrome se da cuanto se juntan tres o más de los siguientes factores: sobrepeso, colesterol alto, triglicéridos altos, exceso de grasa a nivel abdominal, glicemia o niveles de azúcar en sangre altos.
En conclusión, la clave para tomar un desayuno saludable está en minimizar el consumo de azúcares agregados, bebidas azucaradas, galletitas u otros productos industriales de gran contenido de grasa, azúcar y sal. Indiscutiblemente son rápidos y resuelven, pero predisponen a padecer sobrepeso y obesidad.