A principios del siglo XIX, se estimaba que el 35 % de la población de Buenos Aires era de origen africano y la mayoría residía en la zona de Montserrat, que era conocido como el “Barrio del Tambor”. Este grupo que entonces era tan numeroso no perduró hasta nuestros días, como sí sucedió en otros países. Si bien el proceso histórico los relegó, la cultura afro es parte de nuestra identidad, es un componente imperceptible que ha dejado pocas huellas materiales, pero una marca indeleble en la memoria colectiva.