Matías Ferri habla, durante el programa radial «La Naranja», sobre los Fantasmas de la Colonia. Allí cuenta que los mismos aparecen en La Manzana de las Luces. Buenos Aires, ciudad con más de 450 años de antigüedad y dos fundaciones. Sus calles están repletas de historias de todo tipo. Grandes hazañas caballerescas, complots de revolución, meticulosos asesinatos, traiciones, grandes amor y sucesos extraños y sobrenaturales. Muchas cosas han pasado en la tierra desde el primer asentamiento realizado por Pedro de Mendoza hasta hoy. Una ciudad cuyas calles trazadas en el estilo de damero (Organizada alrededor de una plaza principal) se inspiraba completamente en los grandes asentamientos Europeos.
La historia que hoy vamos a tratar se remonta, según cuentan los pocos testimonios, a esos años de la Colonia y los mismos se vuelven a repetir una buena cantidad de años mas adelante en la época de la fiebre amarilla que azoto y diezmo a nuestra población.
No muchos saben que debajo de las principales avenidas y edificaciones de la ciudad hay una serie de túneles subterráneos interconectados cuya procedencia y razón es prácticamente desconocida. Hoy en día conocidos como los túneles de la “Manzana de las luces” son pasajes que conectaba la Iglesia de San Ignacia (La primera de la Ciudad) con hospitales, facultades y otros asentamientos de importante nivel. Estas galerías subterráneas fueron descubiertas en el año 1912 cuando se construían los cimientos dela sala de dibujo de la Facultad de Ciencias exactas a la altura de Perú al 200. Las teorías de su construcción son muchas. Unos dicen que se utilizaron como medio defensivo, como medio comercial o de contrabando o para el paso de esclavos para su comercio. Otros un poco supersticiosos tienen alguna teoría más interesante para el uso de estos túneles.
Cuenta la leyenda que cuando algunos arqueólogos e ingenieros ingresaron a los túneles por vez primera para su estudio encontraron en uno de sus pasajes huesos de naturaleza humana y animal en grandes cantidades. Muy poco es lo que se sabe y se puede especular de este hallazgo pero uno de los testigos aseguro ver una calavera humana con una extraña característica en sus insensivos. Los mismos estaban afilados formando dos pequeñas cuchillas. Lo poco que se dedujo alrededor de esto es que una extraña logia o secta que recorría en algún tiempo del pasado aquellos túneles practicaba algún extraño y morboso ritual con los restos de sus seguidores o víctimas.