Es la que deseamos para subsistir estas temperaturas que resultan agobiantes, al margen que cumplimos con todas las indicaciones que recibimos a través de los medios o de nuestro médico o las que realizamos por tener sentido común.
Necesidad de respirar sin agitarnos, descansar durante la noche sin despertarnos sofocados por el clima que debemos tolerar, tratando de comenzar el día de buen humor para que de este modo nuestras actividades y traslados de un sitio a otro resulten más placenteros.
Verano para mí la estación más linda del año dado que los días oscurecen tarde permitiéndonos desfrutar de la luz natural, resultan alegres, soleados, no obstante este año por muy refrigerados que estemos la sensación es como si permaneciéramos dentro de un horno.
Le sumamos los riesgos ocasionados por las altas temperaturas: los cortes de luz dado que nada está preparado para semejante calor. La luz la que valoramos cuando no la tenemos, sin ella no encontramos privados de distintas necesidades.
Incrementamos nuestros gastos dado que sin este servicio tan preciado nos encontramos imposibilitados por momentos de cocinar, como así también comprando aparatos que nos permitan iluminarnos de algún modo, consumiendo mayor cantidad de líquidos que nuestro organismos requiere.
Vivimos con incertidumbre sin saber cómo conservar los elementos que debemos conservar en un ambiente frío, entiendo que ante esta emergencia que nos presentó la naturaleza debemos priorizar.
Los adultos y los niños manteniéndolos con todas sus necesidades, como así también todos los centros en donde existen pacientes que requieren de la luz para salir adelante, los que se dice que cuentan con esta prestación.
Creo que superada esta situación tan intolerable vamos a valorar cada segundo de luz del que logremos disfrutar.
Mercedes Giangrande