El deporte, es indicador de desarrollo social y humano, es motor para la igualdad y promotor de la solidaridad y empatía. Por ello debe ser la plataforma válida para emprender la construcción de una sociedad más justa y democrática, donde las mujeres y los hombres deportistas sean modelo de participación, convivencia y equidad.
Hay diferentes estudios que han demostrado que hacer actividad física disminuye los factores de riesgo de padecer enfermedades como diabetes, cáncer, hipertensión, obesidad, enfermedades cardíacas.
Presentando una asociación inversamente proporcional entre actividad física y riesgo de presentar una enfermedad cardiovascular (cardíaca y cerebrovascular) y hay varios estudios multicéntricos que sugieren que la protección que brinda el ejercicio es mayor en las mujeres que en los hombres.
Históricamente todo lo relativo al deporte y a la excelencia deportiva estuvo asociado a la figura del hombre, sustentado básicamente en la representación cultural de lo femenino y lo masculino. Este paradigma, ha cambiado con el paso de los años, haciendo que las mujeres accedan y participen del universo deportivo en su conjunto. No obstante, aún hoy la igualdad no es plena.
En este sentido, el deporte es un instrumento de cambio y de transformación que tiene el poder de trascender las barreras que dividen a las sociedades y el potencial de ser la herramienta válida para la promoción de la efectiva igualdad de las mujeres en el ámbito deportivo, buscando como fin último la construcción de una sociedad más justa e igualitaria (Sic Defensoría del Pueblo).
Beneficios
• La respuesta cronotrópica (frecuencia cardíaca) al ejercicio disminuye la posibilidad de padecer diabetes o la aleja en el tiempo.
• Disminuye la grasa corporal intraabdominal mediada y cotejada por tomografía
• Mejora el perfil lipídico disminuyendo el colesterol y los triglicéridos y aumentando el colesterol bueno
• Disminuye la presión arterial tanto la diastólica como la sistólica
• Mejora la calidad ósea y la fuerza muscular disminuyendo la posibilidad de caídas, fracturas, etc.
Por lo tanto, deberíamos por lo menos realizar 30 minutos o más por día, preferiblemente todos los días de la semana, actividad física de moderada intensidad y un tiempo suficiente para gastar 200 calorías por día (caminar rápido 2 millas = 3,2 km).
Aquella actividad física que disfrutemos, mantengamos durante mucho tiempo (toda nuestra vida) y nos quede cerca de nuestro hogar o trabajo para no abandonarla. Por ejemplo, caminar, nadar o gimnasia en el agua, bailar, ir al gimnasio, tenis y yoga. Todos ellos son importantes y saludables.
Es importante destacar que, antes debe haber una evaluación clínica cardiológica para determinar qué y cuanta actividad podemos realizar. Agradecimientos: Grupo Gamma.