
Inspirado en la escuela francesa L ́Ecole des Beaux Arts de Paris, este imponente edificio fue concebido entre 1927 y 1929 como una casa de renta para la clase media y alta argentina, situada en Ugarteche 3050. En ese momento, una legislación no permitía la venta por unidad de los 144 departamentos que conformaban esta construcción, por lo que todo el edificio pertenecía a un único dueño, en este caso, Alfredo Chopitea.
La Arquitecta Lucía Benavente explica que, según el diccionario etimológico de lunfardo, «pato» es un adjetivo que refiere a pobre. Fue esta palabra la que usó la alta sociedad argentina para describir a aquellos inquilinos con apellidos importantes pero que habían perdido nivel adquisitivo a partir de la crisis económica mundial de 1930. Provenían principalmente del sector agropecuario y necesitaban tener un domicilio en capital para administrar sus bienes. Aparte de tener campos, eran dueños de mansiones enormes, también llamadas palacios, que comenzaron ser imposibles de mantener y administrar por una sola familia. Finalmente, muchos las vendieron y devinieron en embajadas.
Su color gris, característico de esta propiedad y del estilo francés, se debe a que el material utilizado es simil piedra: una mezcla de arena, cemento y pequeños pedazos de piedra que le conferían ese color. Las molduras fueron diseñadas por Azière, que era arquitecto, escultor y pintor, y se realizaron en un molde con yeso, una malla de hierro y cemento. Muchas de ellas no se conservan en la actualidad.
Foro de Baires estuvo frente al Palacio Los Patos y registró estas imágenes.