Analía Bustamante habla, durante el Programa radial «La Naranja», sobre el Castillo e Sandro, ese sitio que soñó Roberto Sánchez, aquella vez que pasó por la calle Pavón 3939.
La leyenda dice que todo empezó cuando Sandro volvía en auto luego de dar un recital. Era una impresionante noche de luna llena. Luego, estacionó en la avenida Pavón, entre las calles Quintino Bocayuva y Castro. De ese modo, se bajó y les dijo a sus acompañantes que allí, en esa cuadra, se imaginaba un castillo resplandeciendo bajo la misma luz que plateaba la arboleda del barrio. Lo cierto es que, en 1980, Roberto Sánchez compró una propiedad ubicada en Pavón 3939, originalmente una casa chorizo con 8,66 metros de frente por 60 de fondo.
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