Su apertura, antes de llegar al tramo Evaristo Carriego, muestra el icónico monumento Ararat, al cual hacemos alusión al pie de este artículo. Más en su centro, una pérgola y enrejada a ella se enreda entren flores blancas y ramas verdes, que lo abrazan.
Por el costado, nacen los restaurantes y cafés de la zona. Frente al mismo, la Plaza de la Virgen de Guadalupe, saluda desde su alta cúpula.
Ignacio Munguía (periodista del diario El Viajero) dice, respecto del monumento en cuestión, que el Ararat es el pico más alto de Turquía pero pertenece a la Armenia histórica, de hecho se encuentra muy cerca de la frontera con la actual República de Armenia y es visible desde gran parte de este país, especialmente desde su capital, Yereván.
El Ararat, con sus 5137 metros de altura, es una cumbre legendaria. Según la propia Biblia, fue allí donde se posó el Arca de Noé después del diluvio universal. Algunas fotografías aéreas modernas muestran restos de lo que podría ser un barco enterrado, y se han encontrado trozos de madera de miles de años de antigüedad, lo que es fuente de especulaciones.
El Ararat es un volcán, formado por sucesivas erupciones de lava. No está activo y no hay ningún registro histórico de alguna erupción, sin embargo un terremoto relacionado con la actividad volcánica sacudió la zona en 1840.
La montaña pasó de Armenia a Turquía tras un pacto fronterizo con la URSS (que había ocupado Armenia). En su día, los turcos protestaron ante la URSS por el hecho de que la República Socialista Armenia incluyera el Ararat en su escudo de armas, siendo parte del territorio turco. Según se dice, desde el Kremlin respondieron si acaso la luna y la estrella que aparecen en la bandera turca también eran parte de su territorio.
Son imágenes de la Ciudad.