Votar se ha puesto de moda. ¿Qué sucede? Si nos descuidamos fin de semana por medio nos enfrentamos al nuevo sistema, sencillo de llevar a cabo por cierto, dado que con cuatro pasos muy simples salimos adelante, siempre y cuando que la pantalla no se trabe. De todos modos esta situación tan sólo hace que nos demoremos unos minutos más. Las ilusiones de todo este paso electoral van quedando en el camino. No porque hayamos perdido el optimismo, sino porque corrió demasiada agua bajo el puente cómo vulgarmente se escucha por allí.
Sobre todo en generaciones que ya hemos escuchado promesas de toda índole. No así en el caso de algunos jóvenes, que conservan la mencionada ilusión. Tema que está bueno si apuntan a la realidad, y no cuando tan sólo los informan con la finalidad de sumar votos al momento del sufragio.
No desmerezco bajo ningún punto de vista a la juventud, dado que cuentan con más preparación cívica que nosotros, desde temprana edad no sólo tienen conversaciones con su familia como así también en los establecimientos educativos. Es una generación interesada en el tema sumándole deseos de participar.
Además se los ve capaces en la gran mayoría, tienen ideas propias cuando se les acercan los diferentes partidos políticos con sus propuestas. De todos modos jóvenes y no tan jóvenes deseamos el gran milagro: “recibir el gobierno que nos merecemos”.
Logrando vivir con tranquilidad en los distintos planos: integridad física, poniéndole punto final a la VIOLENCIA, contar con la medicina para todas las clases sociales, la posibilidad de estudiar, un trabajo digno para cada integrante de la sociedad, que nos permitirá alimentar a nuestras familias de modo digno como así también cumplir con todo aquello que resulta imprescindible para el crecimiento de la misma.
Dedicándole un tiempo significativo a la gran vedete “el dólar” el que con sus grandes aumentos trae aparejada otra dificultad como es la “inflación”. Proyecto que aunque parezca un sueño puede convertirse en realidad.
Mercedes Giangrande













