Fadumo Dayib es una mujer somalí de 42 años que ha decidido presentarse como candidata a las elecciones presidenciales de su país en 2016. Será la primera de la historia en un estado fallido acosado por la violencia y el hambre. Los 42 años de dreamer, tal como la denomina su entorno, han sido intensos. Con menos de 20 años huyó de su país en plena guerra civil, junto a su madre, para protegerse en uno de los campos de refugiados de Kenia. En la década de los noventa llegó a Finlandia; allí se graduó en Ciencias de la Salud, colaboró con Naciones Unidas y fue investigadora del Centro de Estudios africanos de Harvard.
Fadumo Dayib, hija de un camionero y una nómada, valora el papel de la mujer en su país que, aunque siempre en la sombra, juega un importante rol. Uno de sus objetivos principales es que las mujeres participen en la vida política, a pesar del peligro que eso conlleva: Somalia es uno de los países que encabezan los rankings de peligrosidad para la mujer.
Fadumo trabajó con Naciones Unidas creando una red de centros de prevención del sida a lo largo y ancho de su país, pero seis meses después de comenzar su trabajo tuvo que ser evacuada a Nairobi por razones de seguridad. Lo que más le afectó en ese momento fue la hostilidad y la incomprensión de los propios somalíes hacia su trabajo.
Más tarde se puso manos a la obra con el mismo proyecto en Liberia.
Las elecciones del 2016 serán las primeras democráticas desde 1967, cuando el presidente Abdirashid Ali Shermarke subió al poder. Dos años más tarde fue asesinado y los militares tomaron el poder declarándose una intensa guerra civil.
Intensa comunicadora en las redes sociales, tanto en Facebook como en Twitter,Fadumo Dayib es madre de cuatro hijos y afirma conocer en todas sus entrevistas las dificultades que le esperan. De hecho ha sido amenazada de muerte en varias ocasiones pero cree que “todo en esta vida es posible”.
Las condiciones de vida de la población se han visto enormemente debilitadas por un conflicto armado que dura ya dos décadas y que dificulta la ayuda humanitaria. La violencia y la inseguridad, unidas a la grave sequía que ha arruinado las cosechas y está matando al ganado, así como a los altos precios de los alimentos, han hecho que la situación se haya agravado.
Patricia Núñez Vega













