Estos son los delincuentes que merodean en Palermo.
Son los mismos inadaptados de siempre. Le llaman “trapitos” y excusados en que necesitan trabajar, alteran el tránsito y crean disturbios entre los vecinos. Por otro lado, si se les facilita la ocasión, roban a los pasantes y también tiran información entre los delincuentes para realizar mejores atracos a los habitantes o turistas del lugar. Incluso, si un vecino le llama la atención, rompen los vidrios del auto de quien lo denunció.
En este caso, son dos “trapitos” que han tomado la zona de Armenia y El Salvador.
Cuando los cuerpos policiales realizan una intervención o allanamiento, los detenidos suelen ser sacados con sus rostros tapados o, en el caso de las imágenes, estos aparecen distorsionados. Algunas personas consideran que las caras deberían ser expuestos al público. Sin embargo, esta práctica conlleva objetivos específicos.
Aunque muchos ciudadanos, por su falta de conocimiento, piensan que no mostrar la cara sólo es para proteger al detenido, el hecho es que esta práctica es de suma importancia para el proceso judicial que podría enfrentar el involucrado.