STEFANO reestrena el domingo 20 de marzo 19.30hs y realizará 8 únicas funciones en Teatro Andamio 90, en Paraná 660. CABA.
Este es un nuevo grotesco musical, basado en el clásico “Stefano. La silenciosa música del alma”, de Armando Discépolo, con versión y dirección de Rubén Pires.
Funciones: domingos 19.30hs.
Sala: Teatro Andamio, Paraná 660
Entrada: $800 (Est. y Jub. $600)
Intérpretes: Luis Longhi, Maia Francia, Marcelo Bucossi, Elida Schinocca, Mariano Falcón, Gonzalo Javier Álvarez, Nico Cucaro y Lucia Palacios
Stefano, un compositor y director de orquesta italiano que llega a la Argentina hacia 1900 en búsqueda de una mejor posición social, se enfrentará, después de 20 años, a la más grande de sus frustraciones: no haber podido componer su propia ópera. Sumido en una profunda tristeza, el protagonista impartirá una guerra contra los mandatos del pasado y las pesadumbres de su presente inmediato (la hambruna, el hacinamiento y la miseria). La historia de un hombre que supo soñar a lo grande, mientras los condicionamientos tanto sociales como familiares, lo zambullen en lo hondo de su patética y grotesca existencia.
El espectáculo recorre el siguiente repertorio musical: “Obertura”, “Ave Stefano”, “Margarita”, “Pastore”, “Stabat Mater para Ñeca”, “Intermezzo”, “Un baúl barco”, “Stabat mater con coros”(letra Papa inocencio III y Jacopone da Todi) – todas creaciones originales de Sergio Vainikoff-, “Napoli del mio cuore” (de Guillermo Fernández), “Ilusión marina” (de Gerónimo y Antonoi Sureda), “Lucevan le stelle” (de Giacomo Puccini), “Una furtiva lagrima” (de Gaetano Donizetti), “O sole mío” (de Giovanni Capurro y Eduardo Di Capia) y “Variaciones Bach” (de Sergio Vainikoff)
Autor: Armando Discépolo
Adaptación del Original: Rubén Pires;
Intérpretes: Luis Longhi (Stefano); Maia Francia (La esposa); Marcelo Bucossi (El padre de Stefano); Elida Schinocca (La madre de Stefano). Los hijos: Mariano Falcón (Esteban); Nico Cucaro (Radames) y Lucia Palacios (Ñeca). Gonzalo Javier Álvarez (El discípulo-Pastore); Diseño y Realización de Vestuario: Nelly Bellomo
Diseño de Escenografía: Rubén Pires y Gustavo Di Sarro
Iluminación: Rubén Pires
Diseño de maquillaje: Analía Arcas
Asistente de Producción: Mechi Landó
Diseño Gráfico e Ilustración: Nahuel Lamoglia
Coaching vocal: Marina Tamar
Asistentes de Dirección: Sol Ángeles Navas y Macarena Palacios Longo
Música Original: Sergio Vainikoff
Puesta en Escena y Dirección: Rubén Pires
Prensa: TEHAGOLAPRENSA
Duración: 90 minutos
Sobre el proceso creativo, por Rubén Pires
La dramaturgia de Stefano tiene un tamiz musical incuestionable. El lenguaje coral de sus personajes constituye un universo sonoro que, en el proceso creativo, buscamos plasmar con la misma rigurosidad que posee el mecanismo de relojería de una ópera.
El grotesco, ese modo tan voraz pincelado por Discépolo que nos hace llorar y reír a la vez, aparece en la confrontación dialéctica entre el ideal que no se alcanza y el universo dramático de sus criaturas. Es por eso que, más que lo que dicen sus personajes, nos importa aquello que sucede cuando lo que dicen
Ante el cambio de paradigmas que nos acarrea la posmodernidad, el universo de este autor se nos despliega estéril, seco, polvoriento, burlón y brutalmente irónico sobre nuestra forma de transitar la vida. Este material, como todo clásico, tiene una contemporaneidad que deslumbra, por tal motivo, exploramos artesanalmente la erosión del lenguaje, un lenguaje que solo da indicios de sus secretos, indagamos en los ensayos para poner en escena lo enigmático y profundo que subyace entre las palabras y desde allí se construyó nuestro trabajo.
Sabemos que la interpretación y la disponibilidad del cuerpo de los actores puestas al servicio de los avatares que habitan los personajes, desembocarán inevitablemente en un círculo virtuoso de reflexión activa con el espectador. Nuestro deseo es provocar, a través de este humor netamente grotesco y discepoliano, un racimo de interrogantes respecto del irónico campo de batalla que implica la existencia humana.