Rey de Copas no es una calle. Muy por el contrario, es un Restobar ubicado en el bario de Palermo, precisamente en la calle Gorriti 5176. «Una vieja casona de tragos», algunos lo llaman. «Rey de Copas» se encuentra en un viejo chalet de Palermo Soho y ofrece un multiespacio para aquellos amantes del arte y de la buena gastronomía. Cuenta con una cálida ambientación, piezas de arte en cada ambiente del lugar y un techo corredizo que permite ver las estrellas. En la carta podés encontrar todo tipo de tapeos y tragos internacionales, de autor y de vanguardia.
En el Resto bar «Rey de Copas» dicen: Somos una nueva propuesta que se dispone en una vieja casona de Palermo Soho y que ofrece un multiespacio para aquellos amantes del arte y de la buena gastronomía. Con un cálida ambientación, con piezas de arte en casa sitio y un techo corredizo que permite ver las estrellas. En la carta podes encontrar todo tipo de tapeos y tragos internacionales de autor y de vanguardia.
Los turistas expresan:
Rochi A: “Es como una casona vieja típica de Palermo, con varios cuartos y en cada uno sus mesas, sillas y sillones.”
Jennifer D: “Una gran descubrimiento en Palermo: Rey de copas es un lugar distinto, y lo que mas marca la diferencia son los tragos, claramente.”
Natalia B: “No había nadie adelante, pero vi una gran concentración en el fondo y me acerqué hasta allí cruzando un patio interno.”
Martina M.:Excelente lugar: Caímos con mi novio después de que nos atendieran pésimamente en el bar de enfrente. Vimos la carta en la puerta, puesta en un montículo de valijas de viaje. De entrada, la estética nos decía que entráramos. Leímos todos y decidimos darle una oportunidad. Cómo explicar lo atractivo de la decoración. Una casona antigua, como leí en varias reseñas, con objetos egipcios en las paredes, trompetas, cuadros, mesas y sillones, todo como en distintos ambientes. Incluso los baños tienen detalles, como las canillas para lavarse las manos. Nos sentamos en la barra, nos atendió una chica muy amable. Vimos nuevamente la carta y elegimos el llamado Layla, un trago cremoso con Albany cream, «una especie de licor Baileys pero nacional», según nos explicó la chica. Nos voló la cabeza. Bien hecho, exactamente como describía. No podíamos pedir más. Segundo trago, Afrodita. No tan bueno como el primero, pero con sabor, hecho como corresponde.
Verlos terminados da placer de lo lindos que los hacen. Son medianamente caros (creo que van de $120 a $170) y aceptan efectivo únicamente. Pero les juro que vale la pena. Ya quiero volver.