Reunida con mis colegas Olivia Sohr y Martina Chadarevian compartiendo ideas acerca de laspróximas elecciones, me comentaban que es posible que por primera vez en la historia del país haya un ballotage en la elección presidencial. La provincia de Buenos Aires para elegir gobernador, en cambio, no tiene balotaje y lo mismo pasa en otras 19 provincias.
Si durante la celebración de elecciones en la primera vuelta el domingo 25 de octubre ninguno de los candidatos consigue el porcentaje definido por la Constitución, habrá por primera vez en la Argentina una segunda vuelta para definir presidente. El balotaje se define entre las dos fórmulas más votadas en esa primera instancia.

Los artículos 97 y 98 de la Constitución establecen que un presidente asume su cargo cuando su fórmula ha obtenido más del 45% de los votos afirmativos o por lo menos el 40% de los votos y una diferencia porcentual mayor a 10 puntos con respecto a la fórmula que le sigue en cantidad de votos.
Si ninguna de estas condiciones se cumple, se realizará una segunda vuelta, que se deberá efectuar en los próximos 30 días a partir de la última elección, de acuerdo al artículo 96 de la Carta Magna. Participan las dos fórmulas a Presidente y Vicepresidente más votadas en primera instancia y resultará electa aquella que obtenga la mayor cantidad de votos afirmativos válidamente emitidos (artículo 151 de la Ley 24.444 ).
Distritos subnacionales: sin ballotage en la provincia de Buenos Aires.
Las elecciones a jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires también tienen la posibilidad de una segunda vuelta, como lo establece el artículo 96 de la Constitución dela Ciudad de Buenos Aires. En ese caso, sin embargo, para ganar en primera vuelta es necesaria la mayoría absoluta de los votos, es decir más del 50 por ciento. En este caso, a partir de que se implementó este sistema, en ningún caso un candidato superó el 50% y todas las elecciones desde 2003 se dirimieron en segunda vuelta.

Las únicas otras provincias en las que las elecciones pueden elegirse en una segunda vuelta son Corrientes, Chaco y Tierra del Fuego (ver las reglas de cada uno acá).
En cambio, este no es el caso de la elección a gobernador de la provincia de Buenos Aires (el principal distrito electoral del país), donde resulta electo aquel que obtenga “la simple mayoría de votos”, sin posibilidad de balotaje. En caso de empate será la Legislatura la que decidirá por mayoría absoluta quién asumirá el cargo. En otras 19 provincias del país ocurre lo mismo.
“Respecto de la característica del sistema de doble vuelta electoral o ballotage, este viene a otorgar mayor ‘legitimidad’ a la fórmula electa”, señala Juan Rodil, coordinador electoral en Facultad de Ciencias Sociales en un artículo en Bastión Digital. Y agrega: “Para mostrar el contraste acerca de la utilidad o no de estos sistemas y el tipo de problema que intentan atacar, podemos observar la provincia de Santa Fe, donde la última elección a gobernador se definió por poco más de 1700 votos. En este momento se encuentra en estudio la implementación de un sistema de segunda vuelta que permita construir mayorías absolutas que no cuestionen la ‘legitimidad’ del Ejecutivo y luego condicionen las decisiones que éste tome prácticamente sobre cualquier materia”.
En la historia argentina nunca se realizó un ballotage en la elección nacional, aunque en 1973, en la elección entre Héctor Cámpora y Ricardo Balbín debería haberse producido, ya que según la ley de la época si ninguno obtenía más del 50% debía haber una segunda vuelta, pero Balbín renunció a la segunda vuelta luego de que Cámpora obtuviese el 46,5 por ciento.
Por Patricia Núñez Vega