Enredadas en paredones o en alambrados de lejanas rutas, aparecen las bellas flores del Burucuyá, Pasionaria o Pasiflora, porque ella tiene varios nombres. También se las pueden hallar en la ciudad, como es el caso de Buenos Aires. y en Palermo las hay muchas.
Existe una leyenda para explicar el origen de la flor de la pasión. Por eso, la passiflora tiene su origen en la época en la que los españoles empezaron a llegar al otro lado del charco. Dicen que Mburcuyá, era una muchacha española que se enamoró de un chico guaraní, con el que se veían a escondidas.
De este modo, el portal The colvinco.com explica que, como en muchas leyendas de amor, el padre de la chica, un alto cargo militar, nunca habría permitido esta historia de amor. El militar nunca habría imaginado a su hija contrayendo matrimonio con un hereje enemigo y además él ya había concertado el matrimonio con un chico de tez blanquecina. Al enterarse de esta relación, el hombre mató al muchacho, hundiendo a su hija en una pena insoportable, lo que la llevo a clavarse una flecha de plumas en medio del corazón, cayendo también sobre el cuerpo de su amado. Tiempo después, en ese mismo lugar se dice que nació una flor nunca vista antes, la cual se denominó Mburucuyá, otro de los nombre de esta peculiar flor.
Su nombre actual y por el que nosotros la conocemos proviene del latín flos passionis, que se puede traducir como flor del sufrimiento o de la pasión. Otra de las visiones de esta flor es la que se relaciona con la Pasión de Cristo, dado que los primeros misioneros en América decían ver los instrumentos en las partes que forman esta flor.
Por otro lado, existen varias leyendas populares acerca del origen de las pasionarias.
Una de ellas asegura que su origen se debe a las lágrimas derramadas por María Magdalena a la muerte de Jesús, que al caer en la tierra se convirtieron en las semillas de la pasionaria.
Para cerrar, el portal Zaragoza.es da un importante aporte a su origen, respecto al sentido religioso de esta bella flor. Ellos expresan que el nombre genérico Passiflora proviene del latín flos passionis que significa literalmente flor del sufrimiento (en alusión a la Pasión de Cristo).
El nombre específico caerulea significa azul cielo en lengua guaraní.
La inusual forma de las flores ha sido motivo de asociación con la simbología cristiana de la Pasión de Jesús: sus tres estigmas florales representan los tres clavos usados para clavar a Jesús en la cruz; el ovario y su base representa el cáliz de la Última Cena; las cinco anteras representan las cinco heridas; la corola representa la Santa corona; los diez pétalos, los apóstoles (salvo Judas Iscariote el traidor y Pedro el negador).
Las hojas viejas representan las manos de aquellos que lo persiguieron, las hojas nuevas, la punta de la lanza usada para atravesarlo; y, los zarcillos, los látigos con los que lo azotaron.
El nombre específico caerulea significa azul cielo en lengua guaraní.
La inusual forma de las flores ha sido motivo de asociación con la simbología cristiana de la Pasión de Jesús: sus tres estigmas florales representan los tres clavos usados para clavar a Jesús en la cruz; el ovario y su base representa el cáliz de la Última Cena; las cinco anteras representan las cinco heridas; la corola representa la Santa corona; los diez pétalos, los apóstoles (salvo Judas Iscariote el traidor y Pedro el negador).
Las hojas viejas representan las manos de aquellos que lo persiguieron, las hojas nuevas, la punta de la lanza usada para atravesarlo; y, los zarcillos, los látigos con los que lo azotaron.