Por Mercedes Giangrande. Como de costumbre a la hora de llevar las conversaciones a la mesa, el acuerdo no llega de inmediato. Los porcentajes ofrecidos no son suficientes para subsistir. Encabezan la lista los docentes, de no llegar a un acuerdo como es sabido peligra el comienzo de clases en tiempo y forma.
Continúan los bancarios anunciando un paro para el próximo 17 de febrero de 2017. Sumándose a la mejora salarial los metalúrgicos. El resto de los gremios se encuentran a la espera de que resultados obtendrán los ya mencionados.
El tiempo para los gobernantes llega a su fin, no existiendo respuesta alguna, en el mientras tanto ¿qué hacemos, cómo nos manejamos?
El gobierno trata de impedir la solicitud del incremento salarial de los bancarios, temerosos a la inflación que pueda estallar. Los docentes no se callan ni esperan, continúan con los reclamos.
El techo del 18% ofrecido por el gobierno suena irrisorio, sintiéndose este presionado por los gremialistas. Aun así no cesan los AUMENTOS: “el pan” alimento con el que más de un ser humano pasa el día sumándole una taza de mate cocido, si es que le alcanza para tal.
Sin dejar de lado el transporte público: en donde estiman un supuesto aumento del boleto actual de pesos 6, 50. Llevarlo desde pesos 9,00 o pesos 11,00. Este último no ha sido decretado todavía, no obstante suena escandaloso. Le podemos agregar los alimentos, la luz, el gas, los peajes, más todo aquello que se les ocurra.
Las paritarias no se resuelven, los aumentos no cesan, pareciera que ocupan vuestro tiempo pensando: en que más se puede incrementar. Sin dejar de lado el conocido impuesto a las ganancias.
En donde nosotros, “los ciudadanos” aumentamos nuestro estrés sin tener ya noción de cómo frenarlo.