Mauricio Macri será el presidente de la Argentina. El líder de Cambiemos se imponía esta noche por el 52% de los votos en el primer ballottage de la historia. El 10 de diciembre, un nuevo espacio político llegará al gobierno tras doce años con el kirchnerismo en el poder.
Ganó la presidencia de Argentina y desplazó del poder al peronismo de centroizquierda que cosechó amores y odios en los últimos 12 años.
Macri obtenía el 53,1 por ciento de los votos frente al 46,9 por ciento del peronista Daniel Scioli, con casi el 74 por ciento de las mesas escrutadas, en una tendencia definitiva que llevó al candidato oficialista a reconocer la derrota.
“Por la voluntad popular se ha elegido el nuevo presidente, el ingeniero Mauricio Macri, a quien acabo de saludar telefónicamente, deseándole éxito por el bien de nuestro país”, dijo Scioli ante sus seguidores.
Impulsado por el cansancio de muchos argentinos con el estilo beligerante del oficialismo de centroizquierda, el estancamiento económico y la alta inflación, Macri, un ingeniero que gobierna la capital Buenos Aires, se hizo con la presidencia de la mano de su alianza Cambiemos.
“Esto parece un sueño (…), se viene otra Argentina, mejor en todo sentido. Tenemos una oportunidad única para demostrar, desde los errores del kirchnerismo (oficialismo), cómo se puede construir un país transparente en todo sentido”, dijo a Reuters Ángela Torres, una médica de 43 años.
Con su propuesta de renovación de la política y combate a la corrupción, Macri, un ingeniero de 56 años, consiguió un amplio apoyo de los votantes pese a carecer de una gran estructura partidaria. En la primera ronda de octubre, sorprendió a propios y ajenos al quedar solo tres puntos detrás del claro favorito, Daniel Scioli, un ex campeón de motonáutica de 58 años.
Mientras que los seguidores de Macri se mostraban exultantes, los partidarios de Scioli abandonaban la histórica Plaza de Mayo.
Scioli, un peronista que gobierna la provincia de Buenos Aires, no logró seducir a quienes querían un cambio frente a la gestión de la presidenta saliente Cristina Fernández pero temían que Macri aplique viejas recetas económicas neoliberales que traen malos recuerdos a los argentinos.
“Esperemos que Dios lo ilumine (a Macri) para poder mejorar aún por el bien de todos los argentinos lo que el país ha avanzado”, dijo Scioli.
DESAFÍOS
Macri tendrá que reactivar una economía estancada por la escasez de inversiones, modificar las políticas de intervención estatal y controles cambiarios, mantener a raya una alta inflación y reducir los niveles de inseguridad cuando asuma el 10 de diciembre.

Aunque originalmente proponía la apertura irrestricta de los mercados y austeridad fiscal, Macri tuvo que prometer que mantendrá los subsidios a los más pobres y la gestión estatal de la petrolera YPF, entre otras medidas, ante el apoyo que tienen algunas políticas de la centroizquierda gobernante.
Como consecuencia de una fuerte baja de los precios de las materias primas que exporta, la economía de Argentina está estancada desde hace años después de una década de fuerte crecimiento impulsado por las ventas de granos como la soja y por un robusto mercado interno.
Aunque no dio demasiadas certezas sobre sus primeras políticas económicas, Macri ya adelantó que reduciría un cuestionado impuesto que grava los salarios altos y medios y la tasa a las exportaciones agrícolas, las principales fuentes de divisas del país.
Además dijo que buscará fortalecer las bajas reservas del Banco Central con un fuerte ingreso de divisas al país, devaluar el peso local e iniciar negociaciones con acreedores de deuda impaga que están trabando el acceso del país a financiamiento internacional.
Con un Congreso dividido y el poderoso peronismo en la oposición, una fuente del equipo de Macri dijo que si es consagrado como presidente, convocará a un diálogo amplio con gobernadores y representantes del actual oficialismo. (Reporte adicional de Juliana Castilla, Maximiliano Rizzi, Maximilian Heath y Walter Bianchi. Editado por Pablo Garibian)