Por Mercedes Giangrande. Mantas: no precisamente para quitarnos o repararnos del frío. Me refiero a los manteros del Barrio de Once (CABA), en esta ocasión, dado que no son los únicos. Si bien le restan trabajo a los comerciantes, quienes se ocupan de tener todos los impuestos requeridos al día, sumándole en la mayoría de los casos los alquileres correspondientes.
Busquen la solución para que ambos sectores tengan la posibilidad de trabajar, asignándoles a los denominados manteros un monto que llegue a igual destino que los comerciantes. En el espacio que ocupan u otro, como ser una plaza u otro a designar.
Monto con el que se pueda destinar a otro punto de la ciudad, con la finalidad de realizar una obra positiva. No que un jefe se haga responsable, entre comillas, de dicha recaudación con fines personales. Ya que a la hora de retirarlos del lugar asignado dicho aporte no ha sido con fines para la sociedad, tan solo para un desconocido. Por no incurrir en una terminología denominada mafia.
Hasta el momento se sabe que se encuentran en tratativas para llegar a un acuerdo, el que se prevé será complejo. Teniendo en cuenta la diversidad de nacionalidades, como el no aceptar las propuestas ofrecidas. Tema que se encuentra a la espera de una supuesta respuesta a las diecisiete horas del día de hoy 11 de enero de 2017.
Estoy de acuerdo que los manteros deberán cumplir con la propuesta aceptada, demostrando así vuestra responsabilidad.
En un país tan amplio encuentren el modo de que todos contemos con la posibilidad de trabajar sin perjudicarnos unos a otros.