Por Mariela de Diego (Meteored). El trabajo advierte sobre la “desigualdad térmica global”, por la que las altas temperaturas y sus impactos afectan más a las ciudades del sur global, debido a la escasez de espacios verdes.
Un estudio que se publicó esta semana en Nature Communications analizó la capacidad de las ciudades para combatir el calor extremo y llegó a una inquietante conclusión: las altas temperaturas afectan desproporcionadamente a las ciudades del hemisferio sur.
“Las ciudades del sur global están mucho menos preparadas para mitigar el calor extremo, debido a una menor disponibilidad de espacios verdes”, sostiene el estudio que realizaron científicos de las universidades de Nanjing, Exeter, Aarhus y North Carolina State.
Los investigadores analizaron datos de 500 ciudades en todo el mundo y descubrieron que, en promedio, las ciudades del sur global tienen un 70 % menos de capacidad de enfriamiento que las del norte global.
“Evaluamos la desigualdad global en los espacios verdes, de los que los residentes urbanos dependen de manera crítica para mitigar el estrés térmico exterior”, explica el estudio.
Los autores explican que la infraestructura verde tiene la capacidad de enfriar, en promedio, unos 3 grados durante las estaciones cálidas. Pero este número es muy inferior en las ciudades del sur, que sólo exhiben dos tercios de esa capacidad de enfriamiento y menos beneficios, en relación a las del norte.
Esta diferencia, subrayan, es atribuible a las disparidades en la cantidad y calidad de espacios verdes. Es decir que la vegetación urbana, fundamental para mitigar el impacto de las altas temperaturas, es mucho menos abundante y eficaz en algunas de las regiones más cálidas del planeta
En consecuencia, los beneficios de adaptación al enfriamiento que reciben los residentes de las ciudades son muy desiguales entre sí.
“Así como las ciudades del sur global están rezagadas en términos de capacidad de refrigeración, el beneficio de refrigeración para un residente promedio es de 2,2 °C, en comparación con los 3,4 °C para un habitante de la ciudad del norte global. Las diferencias se deben principalmente a la cantidad de vegetación, pero la eficiencia de la refrigeración también es mejor en el norte, posiblemente debido a la gestión de los espacios verdes y las diferentes especies de árboles”, explicó el profesor Chi Xu, de la Universidad de Nanjing.
Desigualdades de adaptación y desigualdades de ingresos
Para llegar a estas conclusiones, los científicos analizaron imágenes satelitales de alta resolución de casi 500 ciudades en todo el mundo. Midieron la cantidad y calidad de la vegetación urbana en cada ciudad, así como las temperaturas en superficie.
De este modo, pudieron cuantificar la capacidad de enfriamiento de los espacios verdes y determinar cómo variaba entre las ciudades de cada hemisferio. Además, consideraron factores como el clima, la densidad de población y el nivel de desarrollo económico, para entender mejor las razones detrás de estas diferencias.
Esta metodología reveló la desigualdad en la distribución y efectividad de los espacios verdes urbanos. Las ciudades del sur suelen tener menos parques, jardines y áreas verdes en general, lo que reduce su capacidad para absorber el calor y refrescar el ambiente.
Por último, los autores mencionan que las altas temperaturas y la menor humedad en muchas regiones del sur pueden limitar el crecimiento de la vegetación y reducir su capacidad de enfriamiento.
Oportunidades
Las consecuencias de esta desigualdad no son desdeñables. Las olas de calor pueden provocar enfermedades cardiovasculares, respiratorias y golpes de calor, especialmente en poblaciones vulnerables como niños, ancianos y personas con enfermedades preexistentes. Todo esto puede aumentar la mortalidad y morbilidad.
Además, está comprobado que el calor extremo afecta la capacidad de trabajo y reduce la productividad económica. Asimismo, esta desigualdad de acceso y de impactos propicia más desigualdad: las poblaciones más pobres y marginadas, que suelen vivir en áreas con menos espacios verdes, sufren más los efectos del calor.
Pese a los resultados del análisis, los autores señalan que es posible ver este escenario como una oportunidad de mejorar la capacidad de enfriamiento de las áreas urbanas, aumentando la cantidad de espacios verdes, plantando más árboles, creando parques urbanos y promoviendo la agricultura urbana.
Referencias de la noticia:
Li, Y., Svenning, JC., Zhou, W. et al. Green spaces provide substantial but unequal urban cooling globally. Nat Commun 15, 7108 (2024). Meteored.