Por Ana Leguisamo Rameau. Las calles vacías de la Cuarentena Covid 19 ya no sólo forman parte de la crisis económica mundial sino del aislamiento que el Covid 19 hoy deja al mundo con su muerte universal. Así lo vemos, en este registro de fotos que muestra el paisaje desolado de Palermo.
Ya no se trata de un feriado nacional pues, hoy los vecinos, debemos tomar conciencia que esta enfermedad nueva, si bien no llega a ser mortal en todos los casos, se propaga de un modo indescifrable por su rapidez y, así, tiene una manera tan rápida en propagarse que espanta a cualquier ciudadano que la contrae.
La incorporación de este estilo nuevo de vida no es fácil de llevar para nadie pero así no los demuestra la mortandad en masa de aquellos pueblos que, alguna vez, miramos con admiración por su adelanto tecnológico. Sin embargo, hoy nos damos cuenta que, más allá de las maquinarias y de ciertos modos de vida avanzados, el destino nos ha puesto frente a una prueba irrefutable para transitar hacia un desenlace que nos demuestre que vamos por el camino correcto de la sanación.
La desesperación por lograr una vacuna que nos saque de esta inmensa locura en la cual hoy nos vemos sumergidos, no sólo es el desvelo de los chinos sino también de toda la medicina mundial que prueba una y otra vez por lograr el éxito para que nos saque el agua que nos tapa el cuello y del que deberemos salir airosos.
El contagio en masa, la falta de conciencia de muchos ciudadanos que subestiman la situación, y la crisis económica que nos hunde cada vez más en el barro, hace que debamos tomar nuestra vida con paciencia pero ¿hasta cuándo?, ¿hasta cuándo podremos seguir resistiendo sin dinero, y sin víveres mientras el mundo se para y nos se agiliza la economía nacional e internacional?
El hombre no es invencible, es omnipotente y negocia con el diablo en cuanto tiene la oportunidad de aumentar sus ganancias. Quema selvas y bosques. Roba al más débil. Mata y trafica animales en cuanto puede. Prostituye a los seres más débiles y hace desaparecer a las vírgenes y menores hacia el tráfico humano del sexo, de los órganos, de la sangre, de la droga y de las armas.
Estamos frente a una guerra donde el más fuerte quedará en pie.
¿Estará marcado nuestro destino en alguna tabla especial de otro mundo, tal vez, como revelación de la naturaleza por haber sido el hombre tan ambicioso, salvaje y agresivo con el mundo y la ecología?
Las calles vacías de la Cuarentena Covid 19
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