Por Ana Leguísamo Rameau. “La policía no puede hacerse cargo de todos los disturbios del barrio” es una de las frases recurrentes que salen a la luz, cada vez que se realiza un encuentro comunal como así también, cada vez que se efectúa una denuncia en el barrio de Palermo.
Los ruidos molestos forman parte de la constante que más se denuncia en la Comuna 14, en paralelo a la inseguridad. Sin embargo, las fiscalías correspondientes no se hacen cargo, entonces los vecinos desesperados recurren al 911, como si esa línea sólo se ocupara de reprimir los decibeles del barrio. No obstante, la policía de la Ciudad, recibe innumerables llamados para abatir los ruidos que no dejan dormir a los habitantes del barrio.
Lucía Carew, administradora de los grupos de Prevención Palermo CC14 A B C y Coordinadora de la Comisión de Seguridad CCC, es una vecina palermitana que lleva a delante 9 grupos de WhatsApp, referentes a la seguridad del barrio. Sin embargo, a pesar que muchos habitantes recurren a ella y que ella pone lo mejor de sí, la buena predisposición no alcanza porque, los que realmente deben ocuparse, miran hacia otro lado. Por otra parte, la policía debe estar atenta a la delincuencia de la zona, pero también destina su tiempo a desplegar sus móviles para advertirles a los dueños de los bares que bajen la música o que cuiden a su clientela, cuando se desbordan esos grupos de jóvenes que se pasan de droga o alcohol.
Por todo lo expresado anteriormente, surge la frase “La policía no puede hacerse cargo de todos los disturbios del barrio” porque ha sido entrenada para cuidar la seguridad de la comuna, no para destinar su tiempo a que baje la música el DJ de turno de algún bar.
De este modo, Palermo explota en ilegalidades de boliches que se toman las calles e impiden el estacionamiento de los coches de los vecinos. Sin dejar de nombrar a las batucadas que “taladran” los oídos con sus tambores y gritos. También los trapitos, que cortan el libre acceso o que llevan y traen información en dobles mensajes que son: “Esta cuadra es mía, no te metas” o “Aquel vecino tiene guita, robale”.
Comisario Inspector José Luis Martinelli, presentándose el nuevo Comisario de la 14 B Gastón Robles, la Subcomisario Paula Nogueira, el Presidente de la Comuna 14 Martín Cantera, la Juntista a cargo del Área Seguridad de la Comuna Alicia Borkowski y Lucía Carew administradora de los grupos de Prevención Palermo CC14 A B C y Coordinadora de la Comisión de Seguridad CCC.
Las nuevas autoridades policiales
El nuevo Comisario de Palermo José Luis Martinelli, en su oportunidad, expresó: El comisario hoy debe salir a la calle y conectarse con los vecinos.” De este modo, hoy se los puede ver al Comisario Inspector José Luis Martinelli, a cargo de la Comisaría 14 A, el Comisario Gastón Robles a cargo de la Comisaría 14 B y el Comisario Maximiliano Alvarado a cargo de la Comisaría 14 C, recorriendo el barrio para presentarse ante los vecinos. Así, las fotos que Foro de Baires hoy plasma dan muestra de la veracidad de esas palabras. Son imágenes junto a Lucía Carew.
La buena onda no alcanza
En esas reuniones vecinales, los palermitanos hartos de llevar su discurso repetido (sobre denuncias que nunca han sido escuchadas) ven llegar a los funcionarios de turno. Luego, hacen acto de presencia y toman el pedido pero, muchos se pierden en la “perorata” de la demagogia actual, entonces los habitantes recurren de nuevo a Lucía Carew, a través de sus grupos, y llaman al 911 para que la policía se acerque hasta ese lugar insoportable de música alta que impide el buen descanso de los vecinos.
Más aún, la buena onda no alcanza porque los disturbios nuevos, que han llegado al barrio, se han instalado no sólo para molestar al vecino sino también para alterarle la salud de muchos.
Los negociados de los dueños de los bares son todo un problema porque se esconden detrás de los NN de algún nombre, llámese empresario o político inalcanzable, al cual nunca los vecinos podrán llegar ni tampoco saber su verdadera identidad. Mientras tanto, la fiesta continúa, con unos que disfrutan y otros que se ven afectados en lo más profundo de su ser.