En el marco de «La Noche de los Museos», «Foro de Baires» recorrió varios museos en el Casco Histórico de Buenos Aires. Entre ellos, el edificio de La Masonería Argentina y el gran Templo de la calle de Juan Domingo Peròn 1242. A travès de este sitio, les acercamos la historia del mismo desde sus orígenes como así también los hombres, que han formado parte de la Gran Logia. Primero fuimos participes de una interesante visita guiada de la cual nos enteramos, dentro de varios relatos que, Adrián Otero (Ex Memphis La Blusera, recientemente fallecido) fue Maestro Masòn. Posteriormente formamos parte de una ceremonia llamada «Tenida Blanca» con la presencia del Gran Maestre y sus hermanos de la Logia. Luego, «Foro de Baires» siguió recorriendo distintos museos tales como el de la Mujer y también la Plaza Roberto Arlt donde presenciamos un recital de tango bajo el cielo azul. Más adelante disfrutamos de las porteñas paredes del «Museo Mundial del Tango» con sus recuerdos más intrínsecos y una noche a puro arrabal.
Luego, continuamos en la Legislatura Porteña donde escuchamos eclécticos recitales nocturnos para seguir camino hasta «La Manzana de las Luces» y regodearnos con un concierto de grandes clásicos de la ópera e instrumentales bajo el infinito nocturno. Más allá, nos esperaba el «Espacio del Virrey Liniers» donde sentimos que nuestro camino se había detenido en la época colonial de la historia. Un exquisito menú de buenos tragos saboreamos en «La Noche de los Museos» del Virrey Liniers donde recomendamos sin lugar a dudas no dejar de pobrar un rico sándwich de chorizo de campo, tan casero como la sopa de la abuela. A la vuelta del lugar, entramos al Museo de la Ciudad donde hubo un notable músico que interpretó temas de jazz dejando todo el tiempo una melancolía a Duke Ellington, Glen Miller, otros grandes del jazz y hasta algunos temas románticos de Roberto Carlos. Rodeando el Casco histórico, caminamos hasta la Iglesia San Ignacio de Loyola para formalizar nuestro rumbo con armonía de la vieja música barroca, y al salir de allí coronamos nuestro paso con un paseo por el clásico Cabildo Abierto donde la noche matizò con notas folklóricas.
Finalizando nuestro rumbo, llegamos hasta la inmensa Catedral de la City porteña donde un coro entonó fragmentos religiosos y populares. Al bajar por Plaza de Mayo, llegamos a nuestro fin a travès del Ministerio de Defensa donde la banda de la Armada Argentina cerrò el broche de oro de la noche a pura salsa con grandes clásicos como Celia Cruz y mùsica folklòrica.
Así es Buenos Aires, ecléctico, variado y loco, màs en «La Noche de los Museos» donde cualquier artista corona la luna con buen vals, un tango, un
buen rock and roll, el jazz, o lo mejor de la formalidad operìstica. Tal vez por eso sea tan comprensible que Buenos Aires atrape al mundo entero con su bohemia, su noche y su gente porque, a pesar que la Naciòn se desplome en
incertidumbre o depresión, Baires siempre abre la galera para inspirar el amor y el metejón de los que la transitan.