Se escucha el término invertir, invertir aquí, invertir allá. ¿Quiénes pueden hacerlo? Provoca nostalgia la que no conduce a nada, debiendo ir hacia adelante hasta encontrar la solución a nuestras dificultades. Democracia bien empleada no sólo desde la cúpula sino desde nuestro lugar. La que encuadra con la frialdad de los números, los que no cierran con frecuencia, con las responsabilidades que debemos cumplir.
Con la fantasía de que esta situación desagradable concluya sin repetirse evitando así el estado de stress que nos agota. Con la ilusión de llegar a invertir como otros integrantes de la sociedad, cumpliéndose el sueño de poder ahorrar.
Sueño convertido en realidad, la que a la vez no permitiría vivir con tranquilidad dado que nos encontraríamos respaldados. En la vida de todo ser el primer respaldo es el afecto de quienes lo rodean, sumándole luego el bienestar económico.
Mercedes Giangrande













