Sobre la calle Suipacha y Av. Roque Sáenz Peña, se alza (a lo largo de la angosta acera) la mítica figura de Sandro, ídolo del rock y melódico nacional. Los pasantes caminan a lo largo y, de costado, Sandro apenas visualiza suavemente a los paseantes. Son los homenajes, que realiza el Gobierno de la Ciudad desde hace tiempo años. Los músicos adornan y acompañan las calles con estrellas, escudos, baldosas y pinturas dando un toque de color especial a la City Porteña. La pared de esta vereda tocó a Sandro quien, su obra permanece intacta y cuidada.
Roberto Sánchez, más conocido por su seudónimo artístico Sandro (Buenos Aires,1 19 de agosto de 19452 – Guaymallén, Provincia de Mendoza, 4 de enero de 2010),3 fue un destacado cantautor argentino de balada romántica y música rock y pop en castellano, famoso en todo el continente. A su vez, incursionó en múltiples oportunidades en cine, como actor protagonista e incluso como director. Llegó a ser casi tan famoso como el cantante Raphael, con el que compartía el mismo estilo de voz y similitud en temas, a pesar de que en sus actuaciones danzaba otro estilo, lo que producía un efecto bizarro.
Fue uno de los fundadores del rock en castellano en América Latina. Publicó 52 álbumes originales y vendió 8 millones de copias, aunque hay fuentes que las elevan hasta 22 millones.4 Algunos de sus mejores éxitos son: Dame fuego, Rosa, Rosa, Quiero llenarme de ti, Penumbras, Porque yo te amo, Así, Mi amigo el Puma, Tengo, Trigal y Una muchacha y una guitarra. Su obra más famosa, Rosa, Rosa, vendió 2 millones de discos. Asimismo, su tema Tengo ha sido considerado por la revista Rolling Stone y la cadena televisiva MTV como el n.º 15 entre los 100 mejores temas del rock argentino. También realizó 16 películas. Fue el primer latinoamericano en cantar en el salón Felt Forum del Madison Square Garden.5 En 2005 recibió el Grammy Latino al conjunto de su trayectoria profesional.
Un poco de historia
A fines de la década del 60 Sandro empezó a cambiar radicalmente su estilo, abandonando el rock and roll clásico en castellano, para diseñar un repertorio más popular, siendo uno de los pioneros de la balada romántica latinoamericana, derivada del bolero, que se convertiría en el género pop latino por excelencia en la siguientes décadas.11 Sandro le aportó temáticas, poses y ritmos extraídos del rock and roll, que la hicieron provocativa y atractiva para los jóvenes de los sectores más populares de las comunidades latinas de América, y muy especialmente para las mujeres.
Una parte esencial de su estilo fue la adopción de una pose de seducción sexual abierta, que Sandro dirigió hacia las mujeres, expresándolo en sus letras y ritmos, pero sobre todo en su voz y movimientos, obviamente derivado de Elvis Presley, pero que alcanzó una plena identidad personal pues dominaba a la perfección tanto las notas musicales, como las modulaciones, intenciones y maneras de su voz, develándose como el gran intérprete latino de todos los tiempos. Este estilo sexual irreverente tuvo un efecto arrasador sobre las jóvenes latinoamericanas. Las fanáticas de Sandro (sus «nenas») llegaron a ser tan importantes como él mismo, devolviendo en sus presentaciones un clima de desenfreno y sexualidad, entre las que se volvió un clásico arrojar al escenario su ropa interior. Para la época, el mensaje de Sandro resultaba un revulsivo radical contra las normas morales establecidas sobre la virginidad de las mujeres y las relaciones prematrimoniales, férreamente establecidas en toda América Latina.
A comienzos de 1967 Sandro hizo su segunda aparición en cine13 pero fue a fines de ese año cuando comenzó la seguidilla que hizo estallar la balada romántica en el gusto popular del continente.
Todo comenzó en octubre con su presentación en el Festival Buenos Aires de la Canción cantando la balada «Quiero llenarme de ti», que le valió ganar el festival y volverse enormemente popular de la noche a la mañana. El éxito se consolidó con el lanzamiento inmediato del sencillo «Quiero llenarme de ti», que rompió récords de ventas y se publicó en varios países de habla hispana y comunidades latinas de EE. UU., marcando el inicio de su carrera artística internacional.
El éxito enmarcó el lanzamiento de su sexto álbum, antes de que terminara 1967, que también tomó el nombre de Quiero llenarme de ti. El título con el que había sido pensado inicialmente, Vibración y ritmo quedó como subtítulo del nuevo trabajo. El disco incluye éxitos como «Atmósfera pesada», «Después de la guerra», «Creyente soñador» y «Las manos», y la orquesta que lo acompañara fue la de Jorge López Ruiz, quién seguiría haciéndolo en los siguientes.
El primer trimestre de 1968 terminó de consolidar a Sandro en una continuidad exitosa, lanzando un simple por mes, todos éxitos: «Porque yo te amo», «Como lo hice yo» y «Una muchacha y una guitarra» (años después lo grabaría Bersuit Vergarabat), entre otros.
Entretanto, en febrero de 1968, Sandro se presentó en el Festival de Viña del Mar (Chile), donde volvió a ganar, repitiéndose el furor popular, especialmente femenino, desatado en el festival de Buenos Aires. Viña, un festival clave de la música continental, le abrió las puertas de los países latinos: Venezuela, Colombia, Perú, Uruguay, Paraguay, Ecuador, México, Puerto Rico, Costa Rica y República Dominicana. Su éxito se extendió a las comunidades latinas de EE. UU.
El éxito fue sellado con el lanzamiento en toda América de su séptimo álbum, Una muchacha y una guitarra.
Un nuevo salto se produjo a fines de ese año de 1968, cuando lanzó su octavo álbum, el más exitoso de su carrera: La magia de Sandro. Con éxitos como: «Penas», «Penumbras», «Así», «Tengo», «Por tu amor», «París ante ti», «Por algún camino», «Lluvia de rosas», «Yuma yoe», «Me amas y me dejas» y «La juventud se va». En este álbum el dúo Sandro-Anderle (todos los temas les pertenecen) ya ha definido las características de la balada romántica que buscaban, matizándola con algunos temas de ritmo más marcado y aire rocanrolero. Los principales temas son «Penumbras», «Por tu amor», «Así» y «Tengo». Este último ha sido considerado en 2002 por la cadena MTV y la revista Rolling Stone, como el n.º 15 de los 100 mejores temas del rock argentino.
Notablemente, el mundo del naciente rock nacional argentino, que, entre otras variantes, experimentaba la fusión de rock and roll con formas de pop y folclore latino, con el fin de ganar masividad y un sonido diferencial del rock internacional, y también orientaban gran parte de sus letras contra la moral sexual tradicional católica, rechazó a Sandro sin contemplaciones, con el argumento descalificador de que se trataba de «música grasa»14 («grasa» es un término utilizado por las clases medias y altas de la Argentina, para denominar despectivamente a la clase obrera y los gustos populares). Habría que esperar dos décadas para que se iniciara una revalorización general de Sandro por parte del rock nacional.
El 68 terminaba con las provocativas baladas de Sandro haciendo furor entre la juventud latinoamericana. Simultáneamente, ese año Europa había sido sorprendida por el Mayo francés y los Estados Unidos vivían el movimiento hippie y la contracultura roquera en contra de la Guerra de Vietnam, movimientos que habían estallado el año anterior en el llamado Verano del amor. En América Latina, el asesinato del Che Guevara y la derrota de su movimiento guerrillero en Bolivia el año anterior anticipaban una era de dictaduras que abarcarían todo el continente generalizando el terrorismo de estado, durante las siguientes dos décadas. Wikipedia.













