Se nota y se siente el èxodo en Buenos Aires. La imágenes serenas, el bullicio quieto y el ruido casi apagado de las bocinas y coches, nos devuelven ganas de transitar esta bella Buenas Aires, sobre todo aquellos que habitamos el hermoso suelo palermitano.
Claro que sì, y Palermo duerme como un bebè… y en buena hora que asì es.
Veredas vacìas y calles silenciosas, nos recuerdan el paisaje de alguna provincia argentina pero la vieja pàgina de malevos de Borges y la cuna de Evaristo Carriego està allì para que la disfrutemos en vacaciones y en este verano casi piazzolino porteño.