Suenan perdidos pero, cuando se acercan, despiertan la atención de todas las personas. Por supuesto, porque no es habitual ver cómo esas maravillosas locomotoras atraviesan el barrio de un modo peculiar.
Así ocurre en la Comuna 14, cuando los trenes azules cruzan los bares del Rosedal, sobre el costado de la Plaza de la Shoá o, cuando pasan sobre el Parque Ferroviario o el Parque de las Ciencias. Allí, en una confusión de ruidos se entremezclan los gritos de los niños mientras juegan con los ladridos de los perros que se pelean.
Más a lo lejos, el motor se apaga hacia otros rumbos metiéndose en el Conurbano Bonaerense.
Son imágenes de la Ciudad.