Gabriela Michetti recueda al Papa” El Papa Francisco me enseñò a no bajar los brazos” y y prosigue “Un día muy caluroso del verano de 2005 estaba en mi despacho de la Legislatura porteña, muy cansada y frustrada por la cantidad de energía y tiempo que se pasaba en discusiones estériles, propias de la “polítiquería” que sólo pone el foco en los temas de los políticos y muy poco en los temas de la gente. Sumado a eso, la hostilidad y agresividad del ambiente, a lo que definitivamente no estaba acostumbrada, porque hacia sólo dos años que me había involucrado en la actividad política. Entonces, para frenar mi impulso a renunciar, lo llamé a Monseñor Bergoglio y le dije; “Ud está en su despacho?” Me constestó que sí y que podía recibirme. Con la silla a todo lo que da, crucé de la Legislatura a la Catedral y me encontré con él. Cuando le expliqué lo que me pasaba y le expresé mis ganas de renunciar y bajar los brazos, él se quedó en silencio 5 minutos aproximadamente. Y luego me dijo varias cosas, que hasta el día de hoy guían mi camino y mi proceder. NUNCA más se me cruzó la idea de bajar los brazos! Entre las muchas cosas que me dijo, me habló de cuatro “máximas” para conducirse en la vida y sobre todo en la política. 1) El todo es superior a las partes. 2) La unidad es superior al conflicto. 3) El tiempo es superior al espacio y 4) La realidad es superior a las ideas. Me gustaría que “conversemos” acerca de esos pensamientos”.
Foto: Revista Barcelona