Lo destacamos siempre ya que, desde Foro de Baires, siempre registramos el arte urbano de los graffitis y murales que se plasman en la comuna. Sin duda alguna, esos forman parte de un nuevo y verdadero arte espontáneo y colorido pero existen esas protestas que, teñidas de inspiraciones o manifestaciones de tribus, vandalizan a aquellas que se manifiestan cual grandes obras.
Eso ocurre en varios parques de la Ciudad, también es estaciones de trenes, en subtes, esquinas y comercios, los cuales nacen como una epidemia imposible de controlar.
Sin ir más lejos, muchas veces ocurre, que los mismo artistas urbanos, en el afán de su inspiración, plasman sus objeto artístico y es allí cuando el vandalismo luego aparece otra vez para mancharlos, vilipendiarlos y hasta insultar su gran obra al aire libre.
De este modo, letras ilegibles, mensaje confusos y un sinfín de semiología indescriptible para los que lo leen, cobran interpretación en la misma tribu que los plasmó.
Por eso, el portal Vans explica que la idea que la expresión artística pueda considerarse vandalismo no está extendida entre los artistas. «El grafiti es 100 % arte», afirma Peirce. «Es un símbolo de rebeldía y presenta una nueva y fantástica forma de creatividad, pero lo que hace que sea arte es la opinión personal. Creo que cualquier cosa es arte si tiene un significado para ti». Pero hay una línea moral que no se debe sobrepasar. «El grafiti podría categorizarse como vandalismo o ‘garabato’ cuando es un parche al azar en cualquier pared vieja y sin significado», asume Charles Peirce.
Se necesita hacer una distinción importante entre el grafiti y el arte urbano. «Hay diferencias clave entre los dos y una contradicción en la manera en la que se trata a cada uno en la Era Moderna; a la vez, ambos se refieren variablemente al ‘arte en la calle’», dice Harvey, y puntualiza que «es solo desde el nacimiento de la publicidad que hacer grafitis en público se ha vuelto ilegal».
Por otro lado, Kulman reitera la visión de Peirce de que no hay límites morales, pero insiste en que esa decisión depende básicamente de cada artista: «La respuesta a esta pregunta es si el grafiti profana o destruye la propiedad pública», comenta. «Muchos artistas que pintan grafitis creen que la propiedad pública es el mejor lienzo para exhibir su trabajo artístico, sobre todo si manifiestan opiniones sociales o políticas».
Para cerrar, en Buenos Aires, el graffiti se vive a pleno arte y luz. Por eso, siempre lo destacamos en Foro de Baires con infinitos registros que hemos fotografiado desde hace años pero, el vandalismo de las letras, manchas sin sentido y protesta, generan molestia ante los mismos artistas del mundo urbano. Eso es otra cosa porque graffiti es 100 % arte, según palabras de Peirce. Lo demás es puro vandalismo.