Fue este fin de semana cuando, en el Museo Fotográfico Simik, se presentaron los músicos que integran la grilla actual de bares notables. Lo hicieron Chacabuco Jazz y Tranguay Jazz Blues.
Dueños de una bohemia especial y buen gusto, dicen sus dueños que, la historia tiene aroma a café, a madera, y a tiempo. El Bar museo no sólo es para amantes de las cámaras fotográficas, nostálgicos, o curiosos sino también para aquellos que desean disfrutar de un buen menú o una rica copa.
Aquí, lo antiguo se abre paso entre la avasallante tecnología y surge el Museo Fotográfico Simik. Nada más ni nada menos que en plena Chacarita, muy cerca del Cementerio icónico de la zona.
El Museo comenzó a funcionar como tal en febrero de 2002, con la inauguración de su primera vitrina. A este le brindó espacio en su local e instalaciones Bar Palacio, como también se lo llama. Uno de los objetivos de la creación del Museo es la transmisión didáctica, visual y técnica de la evolución de la fotografía y las cámaras fotográficas desde sus inicios, con el objeto, que en forma libre y gratuita, cualquier persona pueda disfrutar de él.
Hoy, en plena pandemia, transitando una crisis económica sinigual, el museo Fotográfico se reinventa y ya planea abrir nueva sucursal en pleno barrio porteño de San Telmo.
De este modo, este bello bar notable, hoy abre sus puertas al público con protocolo más distendido y saca sus mesas y sillas a la calle para que los porteños y turistas puedan disfrutar de arte interno y externo de sus historia.
Es preciso, estar atento a la nueva grilla que el Gobierno Porteño ofrece cada mes para poder disfrutar de la buena música bajo las noches de primavera y verano en la Ciudad.
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