Por Mercedes Giangrande. Hay días en los que no estamos informados sobre los hechos que sucederán durante el día, sumándole contar con la obligación de tener que realizar trámites. Salimos para comenzar la tarea programada, observando brevemente que la mayoría de los barrios de la capital tienen las calles cortadas.
El motivo puede ser por arreglar las calles como así también por reclamos laborales, tema más frecuente. El jueves 28 de julio lo padecí me encontré en medio de un caos al igual que otros tantos ciudadanos.
No pongo en tela de juicio los reclamos, quienes los llevan a cabo tendrán sus razones. Acepto que busquen una solución a sus dificultades,no obstante si bien pueden tener posturas lógicas, aun así nos entorpecen el día.
Posiblemente la posibilidad de mejorar no sea la adecuada: paralizando las actividades como así también obstruyendo la vía pública. Llamaría más la atención incrementando las horas que deben dedicarle a sus actividades.
Similar a Japón: cuando sus ciudadanos desean manifestar su disconformidad laboral, la manifiestan trabajando mayor cantidad de horas. Se podría experimentar dicha medida, a la espera de un resultado positivo.